“Yo asumo mi responsabilidad por lo que ocurrió en Bengasi” , dijo Clinton, en referencia al ataque que provocó la muerte del embajador estadounidense en Libia, Chris Stevens, otro diplomático y dos agentes de la CIA que ofrecían protección al consulado.
La frase resonó como una campana en la audiencia ante el comité especial de la Cámara de Representantes del Congreso que investiga lo ocurrido en Bengasi.
Ese comité, controlado por legisladores del opositor partido Republicano, se encuentra bajo una espectacular polémica después que dos legisladores de ese partido sugirieron que el objetivo de las interminables investigaciones era afectar la candidatura presidencial de Clinton.
El presidente del Comité, el republicano Trey Dowdy, criticó las declaraciones de sus correligionarios, pero el daño a la reputación del cuerpo investigador ya estaba hecho.
En su testimonio, sin embargo, Clinton alertó este jueves a los legisladores que la presencia diplomática en lugares considerados “peligrosos” incluye necesariamente la posibilidad de sufrir asedios o hasta ataques letales como el de Bengasi.
“Nuestros diplomáticos deben continuar representándonos en los sitios peligrosos” , dijo Clinton, quien añadió que Stevens “entendía que no podemos impedir todos los ataques terroristas (...) y que debemos inevitablemente aceptar un nivel de riesgo” .
De acuerdo con la ex secretaria de Estado, Stevens “entendió que a veces nuestros diplomáticos deben trabajar donde nuestros soldados no pueden. Donde no hay otras botas sobre el terreno y donde la seguridad está lejos de ser garantizada” .