A las ocho en punto de la mañana, seis toros guiados por seis bueyes tomaron las calles de Pamplona, acompañados de miles de mozos vestidos de blanco y con un pañuelo rojo en el cuello.
El encierro del domingo fue el octavo y último de las fiestas de San Fermín 2013, que durante ocho días recorren 848,6 metros por las callejuelas de esta ciudad del norte de España.
Cinco corredores resultaron heridos y fueron rápidamente trasladados al hospital, anunció el gobierno regional de Navarra.
El sábado, un tapón formado en la entrada de la plaza de toros de Pamplona debido a caídas de corredores impidió por un momento el acceso al coso de mozos y toros.
Al tapón formado por las caídas de los mozos se sumaron los toros, que vieron así imposibilitado su ingreso al coso por unos momentos, por lo que algunos de los animales saltaron por encima de los participantes atrapados, hiriendo a algunos con sus pezuñas.
En total, 23 personas resultaron heridas, entre ellas un joven español de 19 años que permanecía este domingo en estado grave, pero con evolución favorable, según el gobierno regional.
Los encierros en España son muy populares, pero los de San Fermín destacan internacionalmente.
Desde 1911, 15 corredores murieron en Pamplona, el último fue un español que sufrió una cornada en 2009.