SEÚL. La carne de perro forma parte de la tradición culinaria de Corea del Sur, donde se come cerca de un millón de perros al año, según las estimaciones. Sin embargo, este consumo está en declive. Los surcoreanos consideran al perro cada vez más como animal de compañía y no como un animal de granja destinado a terminar en sus mesas.
Esta práctica empieza a ser tabú entre los jóvenes y los defensores de los derechos de los animales son cada vez más escuchados.
El complejo Taepyeong-dong, ubicado en la localidad de Seongnam, al sur de Seúl, albergaba al menos seis mataderos de perros, que acogían a cientos de perros y era uno de los principales proveedores de carne canina de los restaurantes especializados de todo el país.
El lugar será desmantelado en dos días y se transformará en un parque público.
Según un estudio realizado el año pasado, el 70% de los surcoreanos no come carne de perro, pero solo el 40% considera que hay que prohibirla. Alrededor del 65% de las personas encuestadas creía que había que criar y matar a los perros en las mejores condiciones.
No existe una ley que regule el sacrificio de perros en Corea del Sur. Los criadores piden al gobierno someter a este sector a la misma normativa que el ganado, pero los defensores de la causa animal exigen su abolición total.