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Por primera vez, la población urbana de China superó a la rural, lo que cambia el perfil del país, a medida que su pujante desarrollo económico impulsa a los jóvenes a abandonar las regiones campesinas para buscar mejores oportunidades en las ciudades.
El punto de inflexión llegará antes de fin de año, anunció la Academia de Ciencias Sociales china.
"La urbanización es uno de los principales motores del desarrollo social y económico de China" , sostuvo Li Linpei, uno de los autores del estudio.
"Se tratará de un punto de cambio significativo para China, que por miles de años tuvo una estructura poblacional dominada por los campesinos", agregó.
En base al censo de 2010, el 49,68 por ciento de los más de 1.300 millones de habitantes de China vivía en ciudades.
El proceso de urbanización provocado por las reformas económicas que comenzaron en 1978 fue más rápido de lo previsto.
La capital, Pekín, por ejemplo, superó los 20 millones de habitantes en 2010, con diez años de anticipación sobre las proyecciones de los expertos demográficos.
Según estimaciones de algunos especialistas, la población pequinesa es hoy de 22 millones, entre ellos de 4 a 5 millones de personas no registradas como residentes, pero en posesión de un " hukou " (certificado de residencia) que los identifica como habitantes del campo.
La liberalización parcial del sistema de esos certificados, que hizo más fácil obtener un permiso de residencia -sin el cual no se accede a los servicios fundamentales, como el sistema sanitario y la inscripción de los hijos en una escuela-, fue uno de los factores que aceleraron la urbanización.
En la periferia de Pekín, algunas "villas urbanas", pueblos que van quedando gradualmente dentro de los límites de la ciudad, tuvieron aumentos de población de hasta 80 por ciento en los últimos cinco años a causa de la inmigración desde el campo.
Los inmigrantes son en gran parte jóvenes que se transfirieron a los suburbios pequineses en los años anteriores en previsión de los Juegos Olímpicos de 2008, y que a menudo encuentran trabajo en las fábricas.
Se calcula que la población "fluctuante" en toda China -los inmigrantes sin permiso de residencia o con un permiso temporario- está compuesta por 240 millones de personas, de las cuales, afirma el estudio de la academia china, un 40 por ciento llevaron a sus familiares, mientras que la mayoría dejó a sus hijos y a veces a la mujer en sus zonas de proveniencia.
Además, son frecuentes los casos en los que el marido o la esposa dejaron a sus hijos con los abuelos.
Para los próximos 20 años, se prevé que otros 300 millones de chinos se trasladarán a las metrópolis.
Las diferencias de réditos per cápita entre la ciudad y el campo chinos están fuertemente desbalanceadas a favor de las áreas urbanas, donde se calcula que en los primeros tres trimestres de 2011 ese ingreso creció 7,8 por ciento, hasta llegar a 16.301 yuanes (1.970 euros).
En cambio, en las áreas rurales, a pesar de que el crecimiento en el mismo período fue de 13,5 por ciento, el ingreso por persona es de sólo 5.878 yuanes (710 euros), según el estudio.
"La urbanización es uno de los principales motores del desarrollo social y económico de China" , sostuvo Li Linpei, uno de los autores del estudio.
"Se tratará de un punto de cambio significativo para China, que por miles de años tuvo una estructura poblacional dominada por los campesinos", agregó.
En base al censo de 2010, el 49,68 por ciento de los más de 1.300 millones de habitantes de China vivía en ciudades.
El proceso de urbanización provocado por las reformas económicas que comenzaron en 1978 fue más rápido de lo previsto.
La capital, Pekín, por ejemplo, superó los 20 millones de habitantes en 2010, con diez años de anticipación sobre las proyecciones de los expertos demográficos.
Según estimaciones de algunos especialistas, la población pequinesa es hoy de 22 millones, entre ellos de 4 a 5 millones de personas no registradas como residentes, pero en posesión de un " hukou " (certificado de residencia) que los identifica como habitantes del campo.
La liberalización parcial del sistema de esos certificados, que hizo más fácil obtener un permiso de residencia -sin el cual no se accede a los servicios fundamentales, como el sistema sanitario y la inscripción de los hijos en una escuela-, fue uno de los factores que aceleraron la urbanización.
En la periferia de Pekín, algunas "villas urbanas", pueblos que van quedando gradualmente dentro de los límites de la ciudad, tuvieron aumentos de población de hasta 80 por ciento en los últimos cinco años a causa de la inmigración desde el campo.
Los inmigrantes son en gran parte jóvenes que se transfirieron a los suburbios pequineses en los años anteriores en previsión de los Juegos Olímpicos de 2008, y que a menudo encuentran trabajo en las fábricas.
Se calcula que la población "fluctuante" en toda China -los inmigrantes sin permiso de residencia o con un permiso temporario- está compuesta por 240 millones de personas, de las cuales, afirma el estudio de la academia china, un 40 por ciento llevaron a sus familiares, mientras que la mayoría dejó a sus hijos y a veces a la mujer en sus zonas de proveniencia.
Además, son frecuentes los casos en los que el marido o la esposa dejaron a sus hijos con los abuelos.
Para los próximos 20 años, se prevé que otros 300 millones de chinos se trasladarán a las metrópolis.
Las diferencias de réditos per cápita entre la ciudad y el campo chinos están fuertemente desbalanceadas a favor de las áreas urbanas, donde se calcula que en los primeros tres trimestres de 2011 ese ingreso creció 7,8 por ciento, hasta llegar a 16.301 yuanes (1.970 euros).
En cambio, en las áreas rurales, a pesar de que el crecimiento en el mismo período fue de 13,5 por ciento, el ingreso por persona es de sólo 5.878 yuanes (710 euros), según el estudio.