La mujer de 34 años, que sufre un desorden mental, confesó a la policía de la ciudad de Lity, en la provincia de Hunan, haber puesto raticida e insecticida en el yogur antes de entregarlo a los niños.
Entre los 19 menores hospitalizados, al menos tres se encuentran en estado grave, pero los médicos afirman que sus vidas están fuera de peligro.
La policía continúa con la investigación del caso.