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Pekín autorizó al avión del papa Francisco, quien a su vez trasmitió augurios de “paz” y “bienestar ” al presidente chino Xi Jinping, saludos dirigidos tanto al mismo mandatario como al pueblo del coloso asiático.
Se trata indudablemente de señales de distensión entre China y el Vaticano, escribieron hoy diferentes medios asiáticos. Sin embargo, el planteo de China fue en cierto sentido “bipolar”, visto que mientras por una parte hacía ese claro gesto de cortesía, por la otra dio a conocer una medida que significa una clara advertencia.
Las autoridades de Pekín “avisaron” a por lo menos diez sacerdotes chinos residentes en Corea que debían regresar al país, evitando por lo tanto estar presentes durante la visita de Jorge Mario Bergoglio.
Más precisamente, Pekín les ha pedido regresar a China para evitar “problemas” que, por lo general, consisten en el retiro del pasaporte, la cancelación de visados o no especificados inconvenientes burocráticos.
La agencia de prensa de los misioneros Asia News informó por otra parte que Pekín impidió que decenas de jóvenes chinos pudiesen cruzar la frontera con Corea del Sur en ocasión de la Jornada de la juventud que se celebra en este país, objetivo que es precisamente la cita clave de la visita del Papa.
El viaje de Jorge Mario Bergoglio no fue por otra parte comentado por Xinhua -el principal grupo de información de China-, según destacó la misma Asia News.
Queda el hecho que la luz verde al vuelo papal sobre el propio territorio es indudablemente un evento histórico: es la primera vez que un vuelo de este tipo es permitido a un Pontífice.
En 1989, cuando el papa Juan Pablo II visitó Corea, Pekín prohibió sobrevolar su territorio. Esto obligó al vuelo de Wojtyla ha seguir la ruta ártica en el camino hacia Seúl.
El diario Global Times -cercano a las posiciones del Partido comunista chino- afirmó por otra parte que la autorización al vuelo del papa Francisco “es considerada como una manera para mejorar las relaciones” bilaterales China-Vaticano.
En un editorial, el diario recuerda además los que son los dos obstáculos clave en las relaciones bilaterales, o sea el reconocimiento de China a Taiwán y el derecho reivindicado por Pekín de nombrar sus obispos.
El periódico afirma, por otra parte, que el año pasado el Papa y el presidente chino Xi Jinping intercambiaron respectivos de saludos al principio de sus respectivos mandatos, ocurrido a un día de distancia uno del otro.