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La manifestación, organizada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) -el principal sindicato del país-, se inició en la céntrica Estación Central, desde donde las columnas de trabajadores avanzaron pacíficamente por la emblemática avenida Alameda, bajo un operativo policial.
Los trabajadores marcharon en medio de bailes y música, con banderas y carteles en demanda de mejoras laborales y salariales.
“Exigimos una vez más las reivindicaciones de los derechos de los trabajadores, queremos una mayor repartición de utilidades, mejores condiciones laborales y salariales”, dijo a la AFP una trabajadora.
Cuando concluía la marcha, decenas de encapuchados atacaron con piedras a la policía, resultando un agente con una herida en el rostro, que fue asistido por otros uniformados, según constató la AFP.
Los encapuchados colocaron barricadas, encendieron fogatas y atacaron locales comerciales y a equipos de prensa que cubrían el evento. La Policía dispersó a los manifestantes con agentes a caballo, carros lanza-agua y gases lacrimógenos.
La Policía chilena no entregó cifras sobre heridos y detenidos.
Las manifestaciones se repitieron en otras ciudades como Valparaíso y Concepción, donde se registraron incidentes menores.
El acto del 1° de mayo culminó en un escenario donde la dirigencia de la CUT puso énfasis en la demanda al gobierno de un urgente incremento del salario mínimo, de los 182.000 pesos actuales (375 dólares) a 250.000 (515 dólares).
“Necesitamos un salario mínimo de verdad. Queremos decirle al Gobierno y al Parlamento: este año el salario mínimo debe llegar a 250.000 pesos para hacer frente a las carestías de la vida”, dijo Arturo Martínez, presidente de la CUT.
El número de desocupados en Chile alcanzó los 537.000 durante el primer trimestre de 2012 (enero-marzo) sobre una fuerza laboral de 8,1 millones de trabajadores, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).