Chile: “La movilización feminista explotó porque había mucho resentimiento”

SANTIAGO. Sin líderes, la revolución feminista chilena que se propagó como reguero de pólvora a raíz de la condena de la justicia española a una agresión sexual en grupo, recaba adeptos en la sociedad tras más de un mes de lucha en las universidades.

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La chispa se prendió en una universidad del sur de Chile con la toma del centro tras la condena a nueve años de cárcel por abuso sexual a cinco hombres acusados de violar a una joven en España, en el caso conocido como “La manada”.

La vicepresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Araceli Farías, de 22 años, estudiante de Música, es una de las caras de este movimiento, que este miércoles realiza en todo Chile una jornada de protesta y una nueva marcha en el centro de Santiago.

–¿Por qué no hay líderes claros en esta revolución feminista?

–Una característica de este movimiento es que todas las mujeres son igual de protagonistas. En todas las asambleas prima un sentimiento de horizontalidad y que todas son importantes, por lo que las vocerías y las dirigencias son rotativas, porque lo que se busca es promover la equidad entre las mujeres y salir a las calles a disputar eso ante la desigualdad que vivimos en las comunidad universitaria, en los centros educativos y en el país en general.

–¿Por qué este movimiento surge ahora?

–Distintos casos han conmocionado a las personas, pero sobre todo el caso “La Manada” en España. Quizá esta movilización explotó en la cara de todos, porque era mucho el resentimiento, mucha historia detrás acumulada que también posibilitó que se diera de esta forma. Tengo fe que esta cosa va a cambiar en el corto plazo.

–¿Qué reclaman?

–En Chile, la mayoría de las compañeras estaban pidiendo protocolos contra la violencia sexual en las universidades y no había iniciativa suficiente de parte de algunas instituciones. Pero es un tema que no pasa por los protocolos, hay un modelo educativo que perpetúa este tipo de prácticas, como el abuso y el acoso en las universidades.

–¿Tienen algún referente del ideario feminista?

–Hay de todo, pero este movimiento ha ganado tanta aceptación no solo por el aspecto teórico del feminismo sino por las vivencias que cada una tiene en su vida, que se ha sentido violentada por ser mujer.

–El gobierno de Sebastián Piñera ha anunciado una Agenda Mujer. ¿Les parece suficiente?

–La Agenda de 12 puntos presentada por el Gobierno no es suficiente para todo lo que se está demandando a nivel nacional. Para combatir el machismo, es necesario una educación no sexista, pero en ningún momento lo menciona, ni menciona palabras como el feminismo, pero sí habla de “nuestras mujeres”, este sentimiento de posesión, y es justamente contra lo que nos estamos levantando.

–Algunos reclamos de las estudiantes han sido para que se pague lo que se debe a trabajadoras vulnerables. ¿Qué les parece eso?

–El primer punto con la toma feminista (en la Universidad Católica) fue la defensa de las mujeres vulnerables, que son las mujeres trabajadoras. Es una cosa transversal, este movimiento llama a las estudiantes, a las trabajadoras, a las dueñas de casas y a todas aquellas que quizá no han llegado antes del feminismo a la reivindicación de sus derechos. Su causa es tan justa como las estudiantes que se están movilizando en las universidades.

–¿Se sienten arropadas por los hombres?

–En este movimiento las protagonistas son las mujeres, pero ha sido muy enriquecedor el papel de nuestros compañeros en un plano más secundario, pero acompañándonos, apoyándonos y autorrevisándose, cuestionándose sus actitudes. Ellos dentro del mismo círculo empiezan a cuestionarse, con su pareja, con su polola (novia) , pero son cada vez menos los que nos llaman “feminazis” o son críticos con nuestras compañeras.

–¿De qué manera va a seguir la movilización?

–Las tomas van a ir bajando en la medida en que sientan que las autoridades están escuchando los petitorios y van cumpliendo los puntos mínimos. En la Universidad Católica, en tres días se consiguió lo que no se había conseguido en los últimos 10 años, aunque hay universidades que llevan más de un mes en toma y todavía no consiguieron ninguna respuesta.

–¿Qué se necesita cambiar para que cambie la sociedad?

–La educación. En Chile desde los cuatro años te meten en la cabeza los roles de niños y niñas y por eso cuando entras en la universidad se mantienen ese tipo de cosas. Eso recae también en nuestras posibilidades de trabajo y queremos dejar de perpetuar que se nos entreguen menos oportunidades solo por ser mujeres.

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