La portada de este número especial muestra en fondo negro a un obispo y a un imán soplando sobre la llama de una vela, cuya luz ilumina el dibujo que fue portada del número histórico del 14 de enero de 2015, pocos días después del atentado.
“No son solo nuestras historias personales (que se olvidan) sino también lo que significó lo que nos pasó. Tenemos la impresión que hemos dado la espalda a eso pero en nuestra opinión esos fenómenos de reacciones retrógradas siguen presentes, aún más que hace cuatro o cinco años”, explica a la AFP Riss, el director de la redacción y autor del dibujo de portada.
“Ya no solo es la hostilidad de los extremistas religiosos sino también de intelectuales”, dice. El 7 de enero de 2015 dos islamistas radicales mataron a 12 personas, entre ellas los caricaturistas Cabu, Wolinksi, Honoré, Tignous, al exdirector de la redacción Charb y al economista Bernard Maris. En una editorial, el semanario lamenta que “desde hace cuatro años, la situación con el totalitarismo islamista solo se degradó (...) la blasfemia tuvo hijos (...) Todo es ahora blasfematorio” .
Aparte de la editorial, el semanario menciona pocas veces el atentado del 7 de enero de 2015. En una doble página central, un dibujo de Juin muestra a los “oscurantistas” celebrando el aniversario del atentado: se ve al Papa, a miembros de la familia de la líder de la extrema derecha Marine Le Pen, a Donald Trump o al escritor Michel Houellebecq, que el semanario había caricaturizado en la portada del número del 7 de enero de 2015.
“Que el último que salga apague las Luces, aunque no vea nada...” , escribe el periodista Philippe Lançon, premiado este año por su libro en el que cuenta su reconstrucción tras el atentado. “En Charlie, en nuestra modesta pequeña casa francófona, los hermanos K (por Kouachi) los autores del atentado intentaron apagar las luces, con y sin mayúscula, al entrar y al salir. Casi lo logran, pero se olvidaron de algunas lámparas”, continúa.
La investigación judicial del atentado está cerrada. En 2020 debería juzgarse el caso. El semanario celebró el reciente arresto de uno de los yihadistas más buscados de Francia, Peter Cherif, cercano a los Kouachi y cuyo nombre aparece en la investigación. El equipo del semanario espera el juicio. Riss asegura que “no estamos seguros de que una vez terminado recuperemos una vida normal”.
El año pasado el semanario lamentó el precio de su protección, a su cargo, que llega a más de un millón de euros anuales. El semanario vende en kioscos unos 30.000 ejemplares y tiene unos 30.000 suscriptores, pero en 2017 fue deficitario, según cifras de la cadena de radio BFM Business.