Tres de los niños murieron en el acto, mientras que otros ocho fallecieron en el hospital local al que fueron trasladados junto a los heridos, cuatro menores más.
La conductora del vehículo, que también es propietaria de la guardería, fue detenida para ser interrogada, mientras se investigan las causas del siniestro.
A raíz del incidente, las autoridades están llevando a cabo una inspección de todos los autobuses escolares de la provincia con el objetivo de evitar accidentes similares, según apuntó la agencia.
En 2011, la muerte de 18 niños en edad preescolar en un choque frontal entre una furgoneta escolar sobrecargada y un camión en la provincia de Gansu, en el noroeste del país, causó una fuerte conmoción en la opinión pública china.
Tras ese accidente, el primer ministro chino, Wen Jiabao, ordenó una mejora de las inspecciones de seguridad de esos vehículos y leyes para introducir ciertos estándares de seguridad, lo que no ha impedido que sigan sucediéndose los accidentes, especialmente en las zonas rurales.