Un ejecutivo de la firma Samsung, David Eun, que estaba a bordo del aparato accidentado, indicó en un mensaje por Twitter que “casi todos están bien” y describió la experiencia como “surrealista”.
Por su parte, otro viajero del vuelo, procedente de Seúl, y que prefirió no dar su nombre, dijo al diario Los Angeles Times que la mayoría de los pasajeros salió ilesa y que deseaba comunicar la noticia cuanto antes a las familias para su tranquilidad.
Según las primeras informaciones, la parte trasera del avión, un Boeing 777 con capacidad para transportar a entre 245 y 300 personas, tocó en la pista durante el aterrizaje lo que habría provocado el accidente y el posterior incendio.
El avión perdió la sección de timón de cola al tocar la pista 28 del aeropuerto, situado a unos 20 kilómetros al sur del centro de San Francisco, y se deslizó mientras una larga columna de humo blanco salía de su fuselaje.
El aeropuerto internacional de San Francisco permanece cerrado desde el suceso.
Un testigo que se identificó como Anthony Castorani dijo a la cadena CNN de televisión que vio la llegada del avión desde un hotel cercano y que, cuando la aeronave tocó la pista, notó una larga columna de humo blanco.
Por su parte, portavoces del Cuerpo de Bomberos de San Francisco dijeron a la estación KTVU de la televisión local que algunas personas heridas fueron llevadas a hospitales de la zona, pero no ha habido de momento informes inmediatos de víctimas fatales.
El Servicio Meteorológico Nacional indicó que había pocas nubes en el área a la hora del incidente y que las temperaturas rondaban los 32 grados Celsius.
La agencia federal ha cancelado todos los vuelos y las autopistas cercanas al aeropuerto permanecen cerradas.