La edición de anoche de Crimewatch de la BBC, dedicado a resolver delitos, estuvo centrada en la desaparición de la pequeña, ocurrida el 3 de mayo de 2007 en Playa de la Luz, en el Algarve portugués, y aportó fotografías electrónicas de un posible sospechoso.
El detective de la Policía Metropolitana de Londres (Met) a cargo de la pesquisa, Andy Redwood, dijo hoy que está satisfecho por la respuesta que el programa ha tenido entre la audiencia pues se han recibido 300 llamadas telefónicas y 170 correos electrónicos.
Los agentes evaluarán ahora esta la información, recibida en los estudios de la BBC y en dos centros de atención de la Policía en dos barrios de Londres, Belgravia y Hendon.
“Estamos muy satisfechos con la respuesta de la ayuda en Crimewatch”, dijo Redwood, que ha informado de que hoy viajará a Holanda y mañana a Alemania, donde también se emitió el programa, para pedir la colaboración de la población.
“Madeleine es el centro de todo lo que hacemos y voy a seguir informando a la familia McCann a medida que se recibe información”, puntualizó el detective.
Las fuerzas del orden están convencidas de que la desaparición de Madeleine fue planificada y concentran su investigación en los movimientos de personas entre las 08:30 y las 10:00 de la noche, cuando la madre de la niña, Kate McCann, descubrió que su hija no estaba en la habitación donde la había dejado durmiendo antes de salir a comer con su marido, Gerry McCann, a un restaurante cercano.
Como parte de esta pesquisa, la Policía ha divulgado dos imágenes electrónicas de un hombre supuestamente relacionado con el caso y que, al parecer, fue visto caminando hacia la playa con una niña en brazos a las 22:00 el día de la desaparición.
La menor desapareció cuando dormía con sus dos hermanos y mientras sus padres cenaban en un restaurante del complejo turístico de Playa de la Luz donde se alojaban. Las autoridades portuguesas abandonaron el caso en 2008, pero Scotland Yard lo empezó a revisar en 2011 y este año reabrió la investigación en forma oficial.
La decisión de Scotland Yard de iniciar su propia pesquisa oficial, al margen de la policía portuguesa, se produjo después de que el primer ministro británico, David Cameron, aceptase en 2012 una petición de los McCann para revisar el caso.