Canadá dijo que ha tomado la decisión de iniciar el caso junto con Noruega, otro país con una fuerte industria de caza de focas.
“Canadá y Noruega tienen preparado su caso legal y quieren avanzar con el procedimiento de resolución de disputas de la OMC”, dijo el Gobierno canadiense a través de un comunicado.
“La posición de Canadá es que la prohibición de la Unión Europea (UE) sobre la importación de productos derivados de focas viola las obligaciones de la UE con la OMC”, añadió el comunicado.
Cada primavera, en la costa del Atlántico, pescadores canadienses cazan centenares de miles de focas de pocas semanas de edad para vender su piel en los mercados internacionales.
La práctica, que se desarrolla desde hace siglos, ha sido criticada por organizaciones de defensa de los derechos humanos que la consideran cruel.
En 2010 el Parlamento Europeo prohibió la entrada de productos derivados de la caza comercial canadiense después de que en diciembre de 2007 un estudio elaborado por veterinarios europeos señalara que las focas no siempre son cazadas sin sufrimiento.
La medida impide la comercialización de productos como carne, aceite, grasa, órganos y pieles, lo que incluye la venta de bolsos, gorros, botas o guantes, así como de compuestos farmacéuticos sin receta como los ácidos grasos Omega 3.
La prohibición no incluye los productos derivados de la caza de focas realizada por las comunidades inuit (antiguamente llamados esquimales) del Ártico.
Tras la decisión de la UE, el Gobierno canadiense dijo que Europa se había puesto del lado de los “radicales” y anunció que el país recurriría a la OMC.