El presidente Barack Obama insistió en un mayor control de las armas.
El 14 de diciembre de 2012, un joven de 20 años, Adam Lanza, entró fuertemente armado a la escuela y abrió fuego, matando en 10 minutos a 20 niños y seis maestros, antes de suicidarse. Previo a la masacre había asesinado a su madre.
Esta muerte violenta de niños causó conmoción en Estados Unidos como no lo había hecho ningún otro tiroteo de este estilo en años. Sin embargo, pese a la condena unánime del hecho, no se aprobaron nuevas leyes para restringir el acceso a las armas.
En Newtown no hubo ninguna ceremonia de alto perfil, y los funcionarios pidieron a los medios de comunicación que se mantuvieran a distancia para permitir a los habitantes conmemorar el aniversario con privacidad. Muchos medios decidieron permanecer fuera de la ciudad.
No obstante, las banderas fueron colocadas a media asta en todo el estado de Connecticut, tal y como lo había solicitado el gobernador Daniel Malloy, y en la iglesia Santa Rosa de Lima, en Newtown, los nombres de las víctimas fueron leídos en alto a las 09:30, hora del tiroteo. Varias ceremonias más estaban previstas en las iglesias de la ciudad a lo largo del día.
En la Casa Blanca, y vestidos de negro, Barack Obama y su esposa, Michelle, encendieron una vela por cada una de las víctimas. Se mantuvieron en silencio por unos minutos y luego se retiraron sin hacer declaraciones.
Por otra parte, dos grupos que abogan por un mayor control a las armas de fuego organizaron ceremonias en más de 35 estados del país, para mostrar su determinación a “no permanecer más nunca en silencio ante la violencia con armas”, explicaron en un comunicado.
Obama insiste en cambios
El presidente dedicó este sábado su mensaje radial semanal a pedir “cambios” que eviten nuevas masacres similares.
“Hace justo un año, una tranquila y pacífica ciudad fue golpeada por una violencia indecible”, declaró con tono solemne en el mensaje grabado desde la Casa Blanca. “Seis empleados de una escuela y 20 niños hermosos perdieron la vida”, dijo. “Debemos hacer más para evitar que la gente peligrosa pueda fácilmente terminar con un arma entre las manos”, dijo Obama.
“Debemos hacer más para curar a las mentes perturbadas. Debemos hacer todo para proteger a nuestros hijos”, insistió. “Y no podemos perder de vista el hecho de que los verdaderos cambios no vendrán de Washington”, subrayó el presidente. “Vendrán de donde vienen siempre, es decir de ustedes, los estadounidenses”, dijo.
La masacre de Newtown había reavivado el debate muy sensible en Estados Unidos sobre las armas de fuego. Algunos estados endurecieron desde entonces su legislación, pero la gran reforma que deseaba implementar Obama a nivel nacional fracasó en abril en el Senado.
El viernes, un joven abrió fuego en el liceo de Centennial, en Colorado (oeste), e hirió a dos personas antes de suicidarse. Este drama se produjo cerca de Aurora, donde un tiroteo en un cine dejó 12 muertos en 2012. La ciudad también está cerca de Columbine, en la que dos alumnos mataron a 13 de sus compañeros en 1999.