Cae el gobierno belga por la cuestión migratoria

BRUSELAS. El primer ministro belga, Charles Michel, anunció la renuncia de su gobierno de centroderecha, nueve días después de que los ministros nacionalistas flamencos que se oponían al pacto mundial de la ONU sobre las migraciones dimitieran.

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A cinco meses de las elecciones legislativas del 26 de mayo, la dimisión del gobierno presentada el martes por la noche al rey Felipe no desembocará obligatoriamente en su partida efectiva de la jefatura de gobierno ni en elecciones anticipadas.

La opción “más probable”, según una fuente cercana al poder, es que el rey pida al gobierno mantenerse en el cargo hasta la cita electoral.

Michel hizo el anuncio al término de un debate en el Parlamento en el que pidió a la oposición que lo apoyara sobre varios temas clave, para permitir al gobierno continuar su labor.

Un llamado que “no fue escuchado”, lamentó el primer ministro durante una suspensión de la sesión, mientras que los socialistas y ecologistas anunciaban que presentaban una moción para derrocarlo.

“Por lo tanto, he tomado la decisión de presentar mi renuncia y mi intención es ir ante el rey inmediatamente”, anunció el dirigente liberal francófono, en el poder desde octubre de 2014.

Desde el 9 de diciembre, cuando abandonaron el gobierno los ministros nacionalistas flamencos del N-VA, Michel era el líder de un gobierno que quedó sin mayoría en la Cámara de diputados.

Este partido flamenco, bajo la dirección del alcalde de Amberes, Bart De Wever, había impuesto ciertas condiciones para apoyar al gobierno de “Michel II”, y votar entre otros el presupuesto de 2019.

Pero estas condiciones, que incluían la posibilidad de reabrir las discusiones sobre cuestiones constitucionales, fueron consideradas “inaceptables” por el primer ministro.

“Constaté que había nuevas condiciones que amenazaban con lanzar al país (...) a elecciones anticipadas. No hemos aceptado estas condiciones. Se marcó la línea”, dijo este martes de tarde ante los parlamentarios.

El N-VA, primera fuerza política en la Cámara con 31 escaños sobre un total de 150, había retirado su apoyo a la coalición que integraban la víspera del viaje de Charles Michel para aprobar el Pacto sobre la migración de la ONU en nombre de Bélgica, el 10 diciembre en Marrakech (Marruecos).

A pesar de su carácter no vinculante, este texto fue rechazado por los nacionalistas flamencos, estimando que abre el camino a una pérdida de soberanía para definir la política migratoria de los Estados que los firmen.

Desde hace una semana varios partidos de la oposición exigían que Charles Michel organice un voto de confianza para juzgar la capacidad del gobierno en continuar su trabajo hasta las legislativas de fines de mayo. Michel se opuso.

El rey Felipe anunció, tras recibir a Michel, que ponía su decisión “en suspenso”. Tendrá consultas con los jefes de los diferentes partidos antes de decidir.

Bélgica conserva el récord mundial en materia de crisis gubernamentales.

Entre mediados de 2010 y diciembre de 2011 el reino de 11 millones de habitantes estuvo 541 días sin gobierno de pleno ejercicio. Ello no impidió gestionar el día a día e incluso zanjar sobre temas de primer orden como la intervención militar en Libia.

“El día a día no impide que el gobierno funcione, tiene que ser sólo más prudente”, comentó el diputado ecologista Georges Gilkinet, al canal RTBF. Charles Michel, que el viernes tendrá 43 años, era al llegar al poder el primer ministro más joven del reino desde 1840.

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