El vuelo QZ8501 de AirAsia Indonesia, filial de la aerolínea de bajo coste malasia AirAsia, se precipitó al mar poco después de despegar de la ciudad indonesia de Surabaya, con destino a Singapur.
De momento, los buzos sólo pudieron recuperar 50 cadáveres.
Después de mucho buscar con unas condiciones meteorológicas complicadas, un buque de la marina singapurense encontró el fuselaje este miércoles.
Este jueves, un equipo de 15 buzos partió al fondo del mar de Java para examinar la carlinga, explicó a la AFP S.B Supriyadi, de la Agencia de Búsqueda y Socorro encargada de las tareas. “Primero evaluarán el número de cadáveres que siguen atrapados en el fuselaje”, dijo. Tras esto, otros 100 buzos bajarán también para llevar los cuerpos a la superficie.
“Esperamos poder recuperar las víctimas lo antes posible”, añadió S.B. Supriyadi.
Las dos cajas negras fueron halladas al comienzo de la semana, lo que debería permitir a los investigadores entender mejor las circunstancias precisas del drama, que se achaca al mal tiempo.
Según un informe preliminar de la Agencia Meteorológica Indonesia, las condiciones climáticas fueron “el factor desencadenante” del accidente. El hielo en los motores pudo provocar la caída del avión cuando cruzaba nubes con temperaturas de entre -80 y -85º C.
No obstante, algunos expertos pusieron en tela de juicio esa hipótesis al estimar que las informaciones disponibles son insuficientes para establecer con precisión las causas de la catástrofe, y que es indispensable analizar los datos contenidos en las cajas negras.
Entre las 162 personas a bordo figuraban 155 indonesios, un francés (el copiloto), un británico, tres surcoreanos, un malasio y un singapurense. No hubo sobrevivientes.