“Están en el presidio federal Campo Grande, de máxima seguridad”, dijo este viernes a la AFP un asesor de comunicaciones de la policía federal, quien no tenía información sobre si ya habían sido interrogados por las autoridades.
Por la tarde, la policía dijo que uno de los dos sujetos que aún eran buscados como parte de la operación policial del jueves se entregó en el estado de Mato Grosso. Sería oído por los oficiales y luego enviado a una cárcel federal, pero no se informaron más detalles.
La operación desarticuló a un grupo que intercambiaba mensajes por WhatsApp y Telegram, y que la policía consideró estaban coordinando preparativos para ejecutar acciones violentas durante el evento deportivo.
Los detenidos fueron trasladados de diez estados diferentes del país hasta Mato Grosso. Algunos hicieron escala en Brasilia, donde llegaron en la noche del jueves en vuelos de la policía, esposados y con fuerte escolta.
Tanto el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, como su par de Defensa, Raul Jungmann, dijeron que el accionar de la célula era amateur y desorganizado. La inteligencia brasileña no detectó que hayan tenido contacto directo con el grupo Estado Islámico, del que hacían apología en internet.
Mayormente de entre 20 y 40 años, los detenidos se identificaban con nombres árabes, subían videos de ejecuciones públicas y exaltaban atentados como la masacre de Orlando, donde un hombre que se identificó como un “soldado islámico” abrió fuego en una discoteca gay y dejó 49 muertos en junio pasado.
La mayoría no se conocía personalmente y participaban de un grupo denominado Defensores de la Sharia. Uno de los integrantes llegó a hacer gestiones para comprar un fusil AK-47 en un sitio de internet en Paraguay.
Según la justicia de Curitiba, donde quedó radicada la causa, “defendían la intolerancia racial, de género y religiosa, así como el uso de armas y tácticas de guerrilla para alcanzar sus objetivos”.
El juez Marcos Josegrei da Silva dijo en la víspera que la Justicia aún debe establecer si esa comunidad virtual estaba en condiciones de pasar de las palabras a la acción.
Brasil incrementó sus medidas de seguridad para los Juegos Olímpicos que acogerá Rio de Janeiro del 5 al 21 de agosto, y desde hace días la postal tradicional de la “ciudad maravillosa” cambió a la de un distrito militarizado.