Bombas caseras enviadas en EE.UU. a figuras denostadas por Trump

NUEVA YORK. Bombas de fabricación casera fueron enviadas en Estados Unidos a Barack Obama, Hillary Clinton y la cadena CNN, todos denostados por el presidente Donald Trump, inflamando el ya tenso panorama político antes de cruciales legislativas.

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El presidente Trump afirmó el miércoles en la noche que “todo acto o amenaza de violencia política es un ataque contra la propia democracia”. Pero al mismo tiempo llamó a los medios de comunicación a “cesar las hostilidades sin fin y los (...) ataques negativos constantes y a menudo falsos”, durante un acto de campaña en Wisconsin.

Los paquetes aparecieron en plena campaña por las legislativas de mitad de mandato del 6 de noviembre, vistas como un referendo para el mandatario y el gobernante Partido Republicano.

El expresidente Obama y la excandidata presidencial Clinton son los miembros más prominentes del opositor Partido Demócrata, en tanto que CNN se ha distinguido por su agresiva cobertura del gobierno de Trump, quien reemplazó a Obama tras vencer a Clinton en 2016.

La serie de supuestos explosivos se inició el lunes con la detección de un paquete sospechoso en la residencia de Nueva York del multimillonario y filántropo George Soros, donante de Clinton.

“Los dispositivos parecen ser bombas caseras”, dijo Bryan Paarmann, del FBI. “No tengo certeza en este momento de que (quien esté detrás de esto) sea una persona o una red”, dijo a CNN el jefe de la policía de Nueva York, James O’Neill, confiando en que los responsables podrán ser identificados y arrestados en los próximos días.

Al menos seis paquetes sospechosos fueron interceptados en Nueva York, Washington y Florida, dirigidos también a destacados demócratas afroestadounidenses: el ex fiscal general de Obama, Eric Holder, y la legisladora de California Maxine Waters.

Todos fueron enviados por correo en sobres de manila con interior de plástico con burbujas, etiquetas de dirección impresas en computadora y seis sellos con la bandera estadounidense.

El remitente era el mismo: la legisladora por Florida Debbie Wasserman Schultz, expresidenta del Comité Nacional Demócrata. En Twitter, la etiqueta #MAGABomber era tendencia, con usuarios inundando la red social con acusaciones de que Trump había incitado estos intentos de atentado y destacando sus duros comentarios en el pasado contra los destinatarios de los paquetes.

Según críticos, con su lema “Make America Great Again” (Que Estados Unidos sea grande otra vez), el mandatario alienta a extremistas de derecha. Trump, muy cuestionado hace poco por respaldar a un legislador que había atacado a un periodista, suele denunciar a la prensa crítica de fabricar “noticias falsas” .

“Hay una total y completa falta de comprensión en la Casa Blanca sobre la gravedad de sus continuos ataques a los medios”, dijo el presidente de la CNN, Jeff Zucker. “Las palabras importan. Hasta ahora, no han demostrado entender eso”, agregó.

CNN evacuó el miércoles su oficina de Nueva York luego de detectar el envío de una supuesta bomba artesanal junto con un sobre que contenía polvo blanco. El paquete iba dirigido al exdirector de la CIA John Brennan, frecuente invitado de la cadena como analista y fuerte crítico de Trump.

El Servicio Secreto, la agencia federal que vela por la seguridad de dignatarios y exdignatarios, halló el martes la presunta bomba dirigida a Clinton en la casa de Manhattan que comparte con su esposo, el expresidente Bill Clinton.

El miércoles detectó el paquete dirigido a la residencia de Obama en Washington. Ninguna persona ni grupo se ha atribuido el envío de los paquetes. Clinton agradeció al Servicio Secreto y expresó su preocupación por lo que calificó como “tiempos difíciles” en Estados Unidos.

“Es una época de divisiones profundas y tenemos que hacer todo lo posible para unir a nuestro país”, dijo en un acto en Miami. Los líderes demócratas en el Congreso, el senador Chuck Schumer y la representante Nancy Pelosi, acusaron a Trump de condonar “la violencia física y dividir a los estadounidenses” .

En Nueva York, el alcalde Bill de Blasio condenó lo que llamó “un intento de aterrorizar” y pidió a todos los políticos no alentar la violencia ni los ataques a los medios.

El Servicio Secreto dijo que los paquetes a Clinton y Obama fueron identificados durante revisiones rutinarias y aseguró que sus destinatarios no estuvieron en riesgo de recibirlos. Legisladores republicanos también condenaron lo ocurrido.

“La violencia y el terrorismo no tienen cabida en nuestra política ni en ninguna otra parte”, tuiteó el congresista Steve Scalise, quien resultó gravemente herido en una práctica de béisbol en junio de 2017, cuando un hombre enojado con Trump le disparó a cuatro personas. El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, deploró lo que calificó como intentos de “terrorismo interno”.

Soros, objetivo del primer dispositivo, se ha convertido en blanco favorito de grupos de derecha que critican su apoyo a causas progresistas. A principios de octubre, Trump lo acusó de pagar a manifestantes para protestar contra la reciente nominación a la Corte Suprema del juez Brett Kavanaugh, acusado de intento de violación.

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