El canciller David Choquehuanca, antropólogo de origen aymara, presidió el acto del Wiñay Pacha (tiempo eterno) en presencia del cuerpo diplomático acreditado en Bolivia.
La Cancillería instaló una extensa mesa llena de frutas, alimentos y licor, para beneplácito de las almas que este día retornan a la Tierra, según la tradición indígena-andina-católica. En el altar estaban las fotografías de varios líderes políticos fallecidos, entre ellas las de Chávez, Kirchner y Gadafi.
“Los aymaras recordamos esto, preservando todavía que aymara es de jayamara, tiempos eternos, somos eternos nosotros, somos montaña, somos montaña que camina (...) cuando morimos nosotros nos vamos a las montañas”, dijo Choquehuanca.
Los aymaras “no tememos la muerte, veneramos la vida, buscamos la armonía, buscamos la felicidad”, destacó.
“Wiñay Pacha es el tiempo exacto donde se abre una puerta que une a las dimensiones: Maqhapacha (mundo de adentro), Akapacha (este mundo, este plano), Alajpacha (mundo de arriba), Kawkipacha (mundo desconocido) donde ya no hay pasado ni futuro, todo está aquí, en un mismo plano”, explicó Fernando Yanacuni, un aymara jefe de Ceremonial de la Cancillería.
El 1 y 2 de noviembre se conmemora en Bolivia, al igual que en el mundo católico, los días de Todos los Santos y de los Difuntos.