Entre esos líderes estaban gobernantes acusados de violarlos como el de Zimbabue, Robert Mugabe; Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, o Cuba, Raúl Castro.
“Los países no pueden alcanzar el desarrollo sostenible mientras se libran conflictos, se violan los derechos humanos, se descuidan la buena gobernanza y el Estado de derecho y mientras la desigualdad y la injusticia alimentan la inestabilidad”, afirmó Ban en la inauguración de la reunión, que se celebra hoy y mañana en la ciudad oriental boliviana de Santa Cruz.
Ban apeló a la importancia de equilibrar “las necesidades de la población y las del planeta” y confió en que el bloque aporte “ideas nuevas, enfoques negociadores flexibles y creativos y propuestas prácticas y equilibradas” a la que será la agenda de desarrollo mundial a partir de 2015, que se discute en esta cumbre.
El contrapunto al discurso de Ban lo puso el presidente anfitrión, Evo Morales, quien planteó la desaparición del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas porque considera que no promueve la paz, y abogó por que Rusia se sume al G77 y China, al que pertenecen 133 países que representan el 60 % de la población mundial y dos tercios de los países de la ONU.
“Se requieren organismos internacionales que fomenten la paz, que eliminen las jerarquías mundiales y que promuevan la igualdad entre los Estados”, dijo Morales, quien acusó a ese organismo de promover la guerra, lo llamó “Consejo de inseguridad e invasión imperial” y afirmó que promueve que las potencias se apoderen de los recursos naturales de otras naciones.
Morales llamó también la atención sobre el hecho de que el G77 no cuente con una “institución propia” y planteó la creación del “Instituto de Descolonización y Promoción Sur-Sur” con sede en Bolivia.
A estos contundentes discursos se sumó, en el preámbulo de la cumbre, el mensaje de varios presidentes latinoamericanos que escenificaron su respaldo al mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, ante la crisis que ha dejado en ese país 42 muertos, más de 800 heridos y casi 3.000 detenidos en cuatro meses.
Durante un acto con movimientos sociales afines al Gobierno boliviano, el cubano Castro tachó a los representantes del “imperialismo” y a los “oligarcas” de intentar derrocar a Maduro, por lo que pidió el “más resuelto apoyo a este país” porque -dijo- “defendiendo a Venezuela defendemos a Bolivia y a toda nuestra América”.
Castro fue secundado por el ecuatoriano Rafael Correa, quien alertó de una estrategia de “restauración conservadora” por parte de la derecha nacional e internacional, mientras que Morales advirtió que EEUU vivirá “un segundo Vietnam”, si insiste en sus agresiones al Gobierno venezolano.
El presidente venezolano Maduro, denunció que su país enfrenta “una conspiración” que pretende dividirlo para apoderarse de las reservas petrolíferas y aseguró que “la voz genuina” de Venezuela “repudia el intervencionismo y exige respeto a la soberanía, a la voz y a la vida” de la nación.
Durante su discurso de cierre del acto inaugural de la cumbre, Morales sostuvo que “el tiempo de los imperios, de las jerarquías coloniales y las oligarquías financieras se esta terminando” y que los pueblos del mundo demandan su protagonismo en la historia.
A Santa Cruz llegaron durante la jornada otros presidentes latinoamericanos, como el salvadoreño Salvador Sánchez, la argentina Cristina Fernández y el paraguayo Horacio Cartes.
Entre ellos y entre las decenas de delegaciones de otros países del bloque, figuraban personalidades como el vicepresidente iraní Eshaq Yahanguiri y la activista indígena y Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchu, ambos con mensajes en favor de la unidad de los pueblos para afrontar los desafíos del mundo actual.
Los mandatarios y altos funcionarios celebrarán este domingo la sesión plenaria del evento, que ya cuenta con una declaración consensuada sobre temas como la lucha contra la pobreza y la desigualdad, la protección del medio ambiente, la soberanía alimentaria, el comercio justo, la transferencia tecnológica y la integración de los pueblos, entre otros.