La mayoría de los muertos se registraron en la pequeña localidad rural de Atsuma, donde un conjunto de viviendas quedaron destrozadas por el derrumbe de una ladera provocado por el terremoto, de magnitud 6,6 y que dejó unas profundas cicatrices marrones en el paisaje.
Todavía hay unas cinco personas desaparecidas en el pueblo y alrededor de 600 sufrieron daños leves, según el gobierno local de la isla de Hokkaido (norte).
“Aquí nunca tenemos deslizamientos de tierra”, dijo Akira Matsushita, quien perdió a su hermano en Atsuma. “No podía creerlo hasta que lo vi con mis propios ojos”, contó a la televisión TV Asahi. “Cuando lo vi supe que nadie podía sobrevivir”.
Unos 40.000 efectivos de rescate buscan supervivientes con ayuda de excavadoras, perros y 75 helicópteros, según un portavoz gubernamental. “Hacen lo mejor que pueden contrarreloj”, dijo a la prensa Yoshihide Suga.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, dijo que la electricidad estaba restaurada casi por completo en la isla de Hokkaido, donde sus tres millones de hogares se quedaron sin corriente cuando el sismo del jueves dañó una planta térmica que proporciona energía a la región.
“El número de hogares sin electricidad se redujo a 20.000”, dijo Abe en una reunión de su gabinete dedicada al sismo. El primer ministro señaló también que su gobierno liberará fondos de emergencia para proporcionar alimentos, agua y el carburante necesario para los generadores de electricidad de los hospitales.
Aún hay 31.000 hogares que no tienen agua y unas 16.000 personas están evacuadas en albergues. El sismo también derribó varias casas y muros en Sapporo, la principal ciudad de la región, aunque la mayoría de las víctimas se registraron en el corrimiento de tierra de Atsuma.
Los vuelos internacionales se reanudaron en el principal aeropuerto de Sapporo este sábado, un día después de que los trenes de alta velocidad volvieran a funcionar.
El sismo del jueves fue el último desastre natural que golpeó el país en las últimas semanas. Partes del oeste del país todavía se están recuperando del tifón más potente que golpeó Japón en un cuarto de siglo, que mató a 11 personas y obligó a cerrar el principal aeropuerto regional. Japón se encuentra en el Anillo de Fuego del Pacífico, donde se registran gran parte de los sismos y erupciones volcánicas del mundo.