Mangkhut, considerado el tifón más fuerte del año, arrasó el sábado numerosas viviendas e inundó las regiones agrícolas del norte de Filipinas antes de dirigirse hacia Hong Kong y el sur de China. La policía del archipiélago filipino, que sufre a menudo los embates de violentos tifones, anunció un nuevo balance provisional de 74 muertos.
Un enorme deslizamiento de tierra se produjo en Itogon, en la isla de Luzón, en el norte del país. Según el alcalde de esa localidad, Victorio Palangdan, se calcula que unas 40 personas siguen sepultadas bajo los escombros.
El corrimiento de tierra destruyó las carreteras, por lo que las autoridades no pudieron traer maquinaria pesada para acelerar la búsqueda de supervivientes. El tifón y sus vientos de más de 230 km/h sembraron el caos en Hong Kong, donde los rascacielos oscilaron durante horas debido a la violencia del tifón, que arrancó árboles y dañó carreteras.
En China, Mangkhut dejó cuatro muertos y las autoridades evacuaron a tres millones de personas ante su llegada.