Según declaraciones a la agencia oficial Xinhua del portavoz del Ejército Popular de Liberación (EPL), Shen Jinke, los ejercicios llevados a cabo el lunes fueron “legales y razonables” y tenían como objetivo mejorar la capacidad de combate de larga distancia de China así como su habilidad para “salvaguardar su integridad territorial”.
Shen afirmó que entre los aviones que participaron en las maniobras se contaban varios bombarderos H-6K, cazas Su-30 y J-11, así como aviones cisterna, de reconocimiento y de alerta temprana.
El Ministerio de Defensa de Taiwán declaró en un comunicado que el simulacro no representó “ninguna amenaza” para la isla, pero subrayó que las autoridades continuarán vigilando la zona como parte de sus esfuerzos para salvaguardar su soberanía.
Sin embargo, Taiwán ha denunciado en reiteradas ocasiones -la última hace apenas cinco días- el acercamiento de aviones militares chinos a su territorio por su temor a que dichos movimientos se conviertan en rutinarios, después de que comenzasen a ser habituales hace aproximadamente un año.
El canal de Bashi, entre Filipinas y Taiwán, recorre un trayecto de 1.000 kilómetros por encima de la “primera cadena de islas”, un concepto estratégico militar chino para defenderse ante un eventual ataque de EE.UU., y que dibuja una línea desde el archipiélago de las Diaoyu/Senkaku hasta Borneo, pasando por Okinawa y Filipinas.
Por su parte, el estrecho de Miyako conecta China con el Pacífico Occidental y está muy cerca de las mencionadas Diaoyutai/Senkaku, cuya soberanía disputan Pekín y Tokio, y actualmente están bajo control nipón.