En un comunicado, la policía señaló que, después de inspeccionar el aparato y una pieza sospechosa del equipaje de mano, la alerta fue desactivada y se autorizó la salida del vuelo.
Según las fuerzas de seguridad, en torno a las 10:15 hora local (08.15 GMT) se recibió una llamada en el aeropuerto en la que se amenazaba a un avión de la aerolínea turca. El aparato rodaba ya en pista y regresó a un lugar seguro, al considerarse que la llamada revestía la suficiente seriedad como para inspeccionarlo.
Los 111 pasajeros abandonaron el avión y fueron trasladados en autobuses a una sala de espera, mientras policías y perros especializados en la detección de explosivos registraban la aeronave. Una de las piezas del equipaje de mano llamó la atención de un perro, pero los artificieros levantaron la alerta tras inspeccionarla y se dio por concluida la operación.
La policía estudia por qué el perro reaccionó de forma anómala ante el equipaje.