La jueza Carolina Lebbos, de la Sala de Ejecución Penal de Curitiba, aceptó la solicitud que hizo la defensa del exmandatario, tras conocer la muerte del menor, basada en la Ley de Ejecución Penal que permite a los condenados salir de prisión para asistir al velatorio de familiares cercanos.
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Aunque la Justicia no dio mayores detalles, se prevé que el exmandatario saldrá de la prisión para participar en el sepelio previsto para el mediodía del sábado y que será transportado a la ciudad de Sao Paulo en una aeronave cedida por la gobernación del estado de Paraná a petición de la Policía Federal.
A través de un comunicado la jueza informó de su decisión pero se abstuvo de dar detalles sobre el procedimiento, como la hora en que el exmandatario viajará, argumentando motivos de “seguridad pública”. “Se autorizó la participación de Lula en el velatorio y, a fin de preservar la intimidad de la familia y garantizar no solo la integridad del preso sino la seguridad pública, los detalles del desplazamiento se mantendrán en secreto”, señala el escueto comunicado divulgado este viernes.
Con la decisión de la Justicia se prevé que en la noche de este viernes o en la mañana del sábado el ex jefe de Estado salga de la prisión y se traslade a la ciudad de São Paulo en una aeronave cedida por el Gobierno de Paraná a petición de la Policía Federal, según confirmó el mandatario regional, Ratinho Júnior.
La cremación del nieto de Lula está prevista para el mediodía de este sábado en el Cementerio Jardín de la Colina, en Sao Bernardo do Campo, la ciudad en donde el expresidente tiene su residencia. En el mismo cementerio se realizó el sepelio de Marisa Leticia Rocco, la esposa del ex jefe de Estado y que murió en febrero de 2017.
En esta oportunidad, la jueza Lebbos respondió favorablemente a la petición de los abogados de Lula, tras el visto bueno de la Fiscalía que, en un parecer enviado a la Justicia, dijo no tener objeciones a la petición de la defensa.
La muerte del nieto de Lula se produjo un mes después de que falleciera el hermano mayor del expresidente, víctima de un tipo raro de cáncer que afectó sus vasos sanguíneos. Lula quería acudir al entierro de su hermano pero la Justicia tan solo le autorizó una reunión familiar cuando el cuerpo de Genival Inácio da Silva, conocido como Vavá, ya había sido sepultado, por lo que decidió permanecer en su celda.
El aval para que Lula abandonara temporalmente la prisión fue entonces concedido por la Corte Suprema tras ser negado tanto por la jueza de ejecuciones penales como un tribunal de segunda instancia. La petición hecha por los abogados fue negada después de que la Policía Federal argumentara problemas logísticos para su traslado y para garantizarle la seguridad en medio del entierro en la localidad de Sao Bernardo do Campo.
Lula fue encarcelado en abril del año pasado tras haber sido condenado por un tribunal de segunda instancia a 12 años de prisión por corrupción pasiva en un caso vinculado al gigantesco escándalo por los desvíos de la petrolera estatal Petobras. El mes pasado fue condenado por segunda vez por corrupción, a 12 años y 11 meses de cárcel, acusado de haberse beneficiado de las reformas millonarias que tres constructoras realizaron en una casa de campo que había sido cedida a su familia para descansar.
En total, el expresidente acumula ocho causas en la Justicia, incluidas las dos por las que fue condenado, todas ellas vinculadas con diferentes asuntos de corrupción.