“Fue una calculada ejecución a sangre fría en la clase”, aseguró a la cadena CNN Howard Jordan, jefe de la policía de la localidad.
El policía dijo que el detenido, un hombre de etnia coreana identificado como One Goh, entró en el edificio que alberga la universidad, tomó como rehén a una recepcionista y buscó a una determinada administrativa.
Cuando se dio cuenta de que la mujer no estaba en el edificio, disparó contra la secretaria y luego puso a los estudiantes en fila contra la pared y les disparó uno a uno, contó Jordan.
“Os voy a matar”, dijo el presunto autor a los estudiantes.
Después del tiroteo, el sospechoso abandonó el aula, recargó su arma automática y disparó de nuevo en varias clases antes de abandonar el edificio e irse en el vehículo de una víctima.
“Esto sucedió en pocos minutos”, especificó Jordan, quien añadió que “creemos que las víctimas no tuvieron oportunidad de resistirse, ninguna oportunidad de entregarse”.
En una entrevista concedida a la cadena de televisión estadounidense ABC, el policía contó que las víctimas eran procedentes de Nigeria, Nepal y Corea, y que tenían entre 21 y 40 años.