Alrededor de 7,8 millones de australianos (61,6 por ciento) se pronunciaron a favor del sí, mientras que unos 4,8 millones (38,4 por ciento) lo hicieron por el no, según el resultado del sondeo ofrecido hoy por la Oficina Australiana de Estadísticas.
La respuesta de 12,7 millones de personas, que representan una participación del 79,5 por ciento, permitió la presentación de un proyecto de ley ante el Parlamento de Camberra para reformar la Ley de Matrimonios de 1961.
Los australianos modificaron esta ley en 2004 para precisar que el matrimonio es exclusivo entre una mujer y un hombre. “Lo que demuestra es que el amor incondicional siempre tiene la última palabra. Hoy celebramos, mañana legislamos”, dijo el líder de la oposición, Bill Shorten, al hacerse eco de extensas celebraciones públicas en ciudades como Sídney y Melbourne en las que ondeó la bandera arcoiris, símbolo de la diversidad sexual.
Minutos después de divulgarse el resultado del sondeo efectuado entre septiembre y noviembre en cumplimiento de una promesa electoral, el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, dijo en Camberra que ahora le toca al Parlamento legislar sobre la materia “antes de la Navidad”.
Turnbull, partidario de la reforma, había prometido facilitar la presentación de un proyecto de ley para legalizar las bodas del mismo sexo en caso de ganar el sí en el sondeo postal. Poco después, el senador liberal moderado Dean Smith presentó en el Senado la legislación prometida con el respaldado de colegas de diversos partidos y agrupaciones política.
El debate formal en el Senado del proyecto de ley comenzará mañana y se prevé que dure todo el mes. Una vez aprobado en la Cámara Alta, pasará a la Cámara Baja cuando reanude sus sesiones el 27 de noviembre y se calcula que se convierta en ley, previsiblemente, a finales de año.
Según la cadena local ABC, secundan la reforma el 69 por ciento del Senado y el 72 por ciento del Congreso de los Diputados. El proyecto de ley propuesto por el senador Smith ampara la objeción de conciencia para que sacerdotes, pastores o ministros religiosos no estén obligados a celebrar los matrimonios entre personas del mismo sexo.
El fiscal general, George Brandis, dijo en el Senado que buscará que la medida “ también incluya a los oficiantes de bodas civiles ” y que ampare la libertad de opinión sobre este asunto.
Los defensores de los matrimonios entre personas del mismo sexo advirtieron del peligro de que las propuestas conservadores favorezcan la discriminación de la comunidad LGTBIQ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y queers).
“Tengo la impresión de que la gente australiana votó para que disminuya la discriminación, no para que se extienda”, dijo la senadora laborista Penny Wong, quien se ha declarado homosexual, al recalcar que el proyecto de Smith “no cambia o quita ninguna protección a las libertades religiosas”.
En ese sentido, el líder del Partido Verde, Richard di Natale, pidió a los legisladores partidarios de las bodas gais que piensen “con cuidado acerca de caer en la trinchera de la discriminación solo por apaciguar a los colegas en lugar de escuchar al pueblo australiano que habló con claridad”.
En diciembre de 2013, el Tribunal Superior anuló una ley que permitía las bodas de personas del mismo sexo en el Territorio de la Capital Australiana por considerar que contravenía la Ley Federal de Matrimonios de 1961.
Los estados de Tasmania y Nueva Gales del Sur también han tumbado propuestas similares en el pasado.