El ministro de Inmigración, Peter Dutton, aseguró que el Ejecutivo trabaja para rebajar esta amenaza a través de la creación de nuevas leyes antiterroristas y la financiación de las agencias de seguridad, informa la agencia local AAP.
“Creo que la actividad aumentará en los próximos meses y años”, dijo Dutton a los periodistas en la ciudad de Brisbane.
Las autoridades australianas han evitado desde julio que 199 personas salgan de Australia por razones vinculadas a la seguridad nacional, comentó el ministro de Inmigración.
Por su parte, Christopher Pyne, ministro de Industria e Innovación, reclamó más fondos para mejorar la seguridad nacional frente a la amenaza del Estado Islámico (EI), aunque admitió la existencia de los llamados “lobos solitarios”.
“Por supuesto siempre puede existir la amenaza de ataques de 'lobos solitarios' en nuestro país como lo vimos en el ataque a la cafetería Lindt, pero el Gobierno hace todo lo que puede para evitarlo”, comentó Pyne al canal 9 de la televisión.
En diciembre de 2014, el iraní Haron Monis asaltó una popular cafetería ubicada en el corazón financiero de Sídney tomando a varios clientes como rehenes.
El secuestro se saldó con la muerte del atacantes y de dos civiles tras la actuación policial de rescate.
Australia elevó en septiembre de 2014 la alerta terrorista al nivel “alto” ante la amenaza de que se produzcan atentados en el país en medio de la ofensiva de varios países contra el grupo EI en Siria e Irak.
Desde entonces, el Gobierno australiano ha presentado cinco paquetes de leyes antiterroristas, varios de ellos aprobados, para aumentar el poder de sus agencias de Inteligencia, sancionar a sus ciudadanos que viajan a Oriente Medio para unirse a las filas del EI y aumentar la vigilancia a sospechosos por terrorismo, incluyendo a adolescentes de 14 años.
Esta última medida fue propuesta después de que un adolescente de 15 años matara a tiros a un empleado de la Policía a principios de octubre a las afueras de una comisaría del oeste de Sídney.
El joven yihadista fue abatido por miembros de la Policía.