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Dinhana Nink, de 27 años, fue asesinada con un tiro de escopeta el sábado y la policía abrió una investigación con la sospecha de que el crimen está vinculado a la militancia ambientalista de la víctima, reportó hoy el sitio de Folha de Sao Paulo.
La Comisión Pastoral de la Tierra, dependiente de la Iglesia católica, consignó que Nink trabajaba en una plantación del Proyecto de Desarrollo Sostenible Gedea, en el municipio de Lábrea, en la frontera de los estados de Rondonia y Acre, en el este amazónico.
Para la Comisión, no se descarta que Nink haya sido ejecutada por haber denunciado a los traficantes de madera y agricultores que desmontan la Amazonia.
“Ella fue asesinada fente a su hijo de seis años”, declaró Francineide de Souza Lourenzo, miembro de la Comisión, quien recordó que la casa de la mujer fue incendiada en noviembre, en presunta represalia por su activismo en defensa del medio ambiente y contra la depredación.
En la misma región donde se cometió el crimen el sábado había sido asesinado, en diciembre del año pasado, el dirigente campesino Adelno Ramos, de 57 años, quien integraba el Movimiento Campesino Corumbaria.
Poco antes del crimen de Ramos, otros dos labriegos que trabajaban en un emprendimiento ambientalista habían sido ejecutados en el estado de Pará, ubicado en el oeste amazónico.