Arreaza pide a oposición que deje de escuchar a EE.UU. y acepte diálogo

El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, llamó a la oposición a dejar de seguir los dictados de Estados Unidos y a sentarse a dialogar para solucionar la crisis en el país, un proceso al que el Gobierno de Nicolás Maduro iría sin ninguna condición.

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“En una mesa de negociación todas las opciones se evaluarían. Nosotros no ponemos condiciones para la negociación”, dijo Arreaza en una conferencia de prensa en la sede de Naciones Unidas.

El titular venezolano de Exteriores insistió en que lo que ocurre en el país es un golpe de Estado que está liderado “abiertamente” por el Gobierno de EE.UU. y urgió a la oposición a iniciar un “proceso de independencia” de las directrices de Washington.

Arreaza espera que no haya una guerra civil ni una intervención militar en su país, y que tampoco “corra sangre de los jóvenes marines estadounidenses, que se verían en una situación tan o más complicada que la de Vietnam”, advirtió.

Según Arreaza, el Ejecutivo de Nicolás Maduro está dispuesto a sentarse con la oposición en cualquier lugar y en cualquier momento y trabajar en una solución política.

Hasta ahora, los líderes opositores han rechazado esa oferta o han apuntado que sólo irían a una negociación que implicase la salida de Maduro.

Según recalcó Arreaza, animar a ese proceso de diálogo “es lo que tiene que hacer cualquier Gobierno que quiera ayudar a Venezuela”.

“Lo otro es ponerse del lado de los Estados Unidos. Es ponerse del lado equivocado de la Historia”, apuntó, mostrándose muy crítico con el respaldo dado por la Unión Europea y varios de sus Estados miembros al jefe del Parlamento y autoproclamado presidente, Juan Guaidó.

Arreaza, que el lunes se entrevistó con el secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró que el diplomático portugués le traslado su apoyo a que haya “un mecanismo de diálogo”, ya sea el impulsado en Montevideo u otro complementario, y que él está dispuesto a “apoyar”.

El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, reiteró este martes que la ONU quiere una solución dialogada y que el secretario general sigue ofreciendo sus “buenos oficios” a las dos partes.

Arreaza confió en que finalmente se imponga el diálogo y “no haya una guerra civil, ni un golpe de Estado, ni una intervención militar” y que tampoco “corra sangre de los jóvenes marines estadounidenses, que se verían en una situación tan o más complicada que la de Vietnam”.

Respecto a la ayuda humanitaria organizada por EE.UU. y que el Gobierno de Maduro rechaza, el ministro consideró “absurdo” que nadie pueda creerse que Washington actúa con buenas intenciones.

“¿De verdad vamos a estar creyendo que el Gobierno que te amenaza con el uso de la fuerza, que te amenaza con una invasión, que te bloquea, que da órdenes a los demás países para que te acorralen, para que te bloqueen, quiere darte ayuda humanitaria?”, apuntó.

Según dijo, se trata de “un Gobierno hostil que te está matando y luego te quiere dar una galleta”.

Arreaza insistió además en que “en Venezuela no hay una crisis humanitaria”, sino una “economía bloqueada y asediada” por las sanciones de Estados Unidos y sus aliados y que lo que se necesita es el fin de esas medidas.

En todo caso, explicó que su Gobierno está buscando “profundizar la cooperación de Naciones Unidas en aquellos ámbitos en los que la economía venezolana ha sido muy impactada por toda esta agresión internacional dirigida desde Washington”.

“Hemos logrado elevar nuestra cooperación a un nuevo nivel con las agencias de Naciones Unidas. Esta semana ya comienza aquí mismo con nuestra misión un trabajo técnico, ya con proyectos concretos y en Caracas también con el sistema de Naciones Unidas”, señaló, sin dar más detalles.

Este lunes, tras su encuentro con Guterres, Arreaza había apuntado que esa cooperación incluiría cuestiones de alimentación, salud y otras necesidades del pueblo.

Este martes, el canciller venezolano se reunió con miembros del Movimiento de países No Alineados (MNOAL), que según dijo trasladaron a Caracas su “solidaridad” y dejaron clara su oposición al uso de la fuerza.

La tensión en Venezuela se incrementó desde que el pasado 23 de enero el jefe del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, se adjudicara las competencias del Ejecutivo como presidente encargado del país por considerar ilegítimo a Nicolás Maduro tras ser reelegido en unos comicios que la oposición tacha de “fraudulentos”.

Esta acción aceleró la crisis política en Venezuela, debido a que, además, buena parte de la comunidad internacional, como Estados Unidos y varios países europeos y latinoamericanos, han dado su respaldo a Guaidó y presiona para que se convoque a elecciones.

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