La exención del impuesto comprenderá solo a unos 780.000 trabajadores que cobran menos de 35.000 pesos (unos 4.000 dólares) mensuales y, según el texto del decreto, es una medida “contracíclica” que el Gobierno pone en marcha para fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores y fomentar el consumo interno.
El denominado impuesto grava normalmente los salarios a partir de 15.000 pesos mensuales (unos 1.750 dólares) y afecta aproximadamente al 10% de los trabajadores argentinos. El decreto está firmado por el jefe de Gabinete del Gobierno, Jorge Capitanich; el ministro de Economía, Axel Kicillof; y la presidenta Cristina Fernández.
La mandataria argentina había anunciado la medida la semana pasada, después de que los principales sindicatos opositores, que reclaman la abolición total del impuesto, amenazaran con paros. Pese a ello, el Gobierno hizo hincapié en que la exención no era una reacción ante las “presiones” de los trabajadores sino a la voluntad de la presidenta, que toma sus decisiones siempre “por convicción”.
Los sindicatos celebraron el anuncio, entendido como una buena señal del Gobierno para garantizar la paz social durante el último mes del año, tradicionalmente conflictivo en Argentina.