El hecho es el segundo de este tipo que se produce en menos de dos semanas en la provincia argentina de Rosario (300 km al sur de Buenos Aires), azotada por una ola de delincuencia y violencia ligada al narcotráfico.
La joven caminaba con su hija de dos años cuando fue abordada por dos personas que se desplazaban en una motocicleta y le arrebataron el bolso.
Ante los gritos de la joven, una camioneta interceptó a la moto y uno de los jóvenes logró huir pero el otro quedó a merced de unos 50 vecinos que comenzaron a golpear con saña al ladrón.
La víctima, identificada como David Moreyra, de 18 años, y que trabajaba como peón de albañil, quedó tendido inconsciente en el piso con el cuerpo lleno de sangre, según Infojus, sitio informativo de la cartera de Justicia.
El joven fue trasladado al hospital con graves traumatismos y pérdida de masa encefálica. Falleció tras cuatro días de internación.
“Mi hijo no era un delincuente, se levantaba a las 6 de la mañana y se iba a trabajar todos los días” , dijo la madre del joven a los periodistas durante el entierro y reclamó justicia.
Ernesto Pangia, juez de la Cámara Penal, advirtió que este tipo de sucesos se están repitiendo cada vez más en Rosario, ciudad que forma parte de un rico polo agroexportador con 1,1 millón de habitantes.
“Esto que ahora ocurrió es un extremo, no hay antecedentes de una reacción que haya provocado la muerte, pero es muy común hoy día que la gente reaccione ante un delito o una injusticia”, estimó el magistrado.
Una semana antes de este linchamiento, seis personas persiguieron a tiros al aire a dos jóvenes que viajaban en moto y les propinaron una feroz golpiza. Finalmente, los agresores reconocieron que habían confundido a los jóvenes con delincuentes.