Argentina expectante espera debate vivido como gran final electoral

Mauricio Macri y el oficialista Daniel Scioli confrontan esta noche sus posturas con el mote de “cambio” para dos modelos de país, en un debate a una semana de la decisiva segunda vuelta presidencial que Argentina vive como un superclásico de fútbol.

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BUENOS AIRES. Scioli, apoyado por la presidenta de centro-izquierda Cristina Kirchner y el más votado en primera vuelta del 25 de octubre, buscará recuperar el terreno perdido con la promesa de un cambio en las formas pero no en la política, ante un Macri, líder de la alianza centroderechista Cambiemos, a quien los sondeos ubican primero para el balotaje del 22 de noviembre.

“La expectativa es enorme, tendrá un alcance masivo”, declaró el domingo Hernán Charosky, coordinador de la ONG Argentina Debate que organiza la iniciativa.

Ambos candidatos se han preparado fuertemente para el debate, apostando a que lograrán inclinar la balanza a su favor con propuestas convincentes.

“Los dos están muy preparados para el debate, todo va a estar guionado de antemano, hasta la improvisación”, dijo a la AFP el consultor Gustavo Córdoba.

El debate tendrá cuatro secciones temáticas sobre desarrollo económico y humano, educación e infancia, seguridad y derechos humanos y fortalecimiento democrático y una quinta sección de cierre.

El debate se inicia a las 21H00 locales (00H00 GMT) en la facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) con transmisión en directo por canales de aire y de cable, públicos y privados, portales de internet y radios de todo el país de 40 millones de habitantes.

“Es una situación inédita. Es el primer balotaje en Argentina y el primer debate de este tipo. En general los debates no cambian demasiado la tendencia, salvo que alguno se mande una macana (error)”, dijo a la AFP Mariel Fornoni de la consultora Management&Fit.

El último sondeo de M&F, publicado el sábado, le otorga a Macri 46% de votos frente a 40% para Scioli, pero con 11% de indecisos a conquistar, además de 4,3% en blanco. La proyección de indecisos amplía la diferencia a 52,0% a 43,7% a favor de Macri, mientras otras encuestas exhiben resultados similares.

Pese a todos los pronósticos que auguraban un triunfo en primera vuelta de Scioli o, al menos, un importante margen a su favor, el candidato oficialista obtuvo finalmente una ventaja de sólo 3 puntos sobre su contricante, el alcalde de Buenos Aires, que se lanzó triunfal a la conquista.

El ’shock’ tuvo su efecto en el clima preelectoral: Macri, antes timorato y distante en los actos de campaña, se muestra envalentonado y ganador; Scioli, de equilibrista y conciliador se transformó en un agresivo atacante.

Pero también los encuestadores sintieron el golpe y optan por mayor prudencia.

Los militantes kirchneristas pelean voto a voto con un entusiasmo que no habían mostrado antes, incluso miles se volcaron el sábado a las plazas del país y se manifestaron en el Obelisco de Buenos Aires en respaldo a Scioli.

“No me animo a dar definiciones contundentes, pero hoy la elección está para Macri. Es mucho dar vuelta ocho puntos. La gente quiere un cambio, sobre todo de estilo”, señaló Fornoni.

Pese a los sondeos favorables, Macri aceptó el reto a debatir con Scioli, quien solo había cosechado críticas cuando, siendo favorito para la primera vuelta, desistió de participar de un primer debate presidencial.

Macri pretende posicionarse como el “verdadero cambio” en Argentina, en un tono amigable y conciliador que le surtió efecto.

“Estoy tranquilo para el debate. Tengo buenas intenciones y propuestas, merecemos vivir mejor”, tuiteó el sábado el alcalde capitalino.

De su lado, Scioli dijo que buscará “desenmascarar las verdaderas políticas” neoliberales de su contrincante que “fracasaron en Argentina y el mundo”, en alusión a la década de los 1990.

“Debatimos entre dos visiones de Argentina”, es el último tuit de Scioli, quien se define como “hombre de diálogo, moderado y pacífico”.

“Yo puedo darte el cambio que necesitás pero sin los riesgos del pasado. Quizás estén enojados con las peleas pero conmigo es distinto”, propone Scioli en un spot de campaña.

Pese a la demanda de cambio, Cristina Kirchner, en el poder desde 2007 e impedida por ley a una tercera reelección, deja el gobierno el 10 de diciembre con alrededor de 50% de aprobación de la gestión.

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