Ese ataque fue reivindicado por los rebeldes hutíes pero Riad imputa directamente al “régimen de Irán”.
Los hutíes controlan Saná y son combatidos desde 2015 por una alianza liderada por Arabia Saudita.
Esta coalición había afirmado el miércoles que respondería “con fuerza” a los ataques de los rebeldes hutíes, que reivindicaron un ataque de drones contra un oleoducto petrolero en la región de Riad.
“El ataque de los milicianos hutíes contra dos estaciones de bombeo de Aramco prueba que esos milicianos son un simple instrumento que el régimen de Irán utilizar para aplicar su agenda expansionista en la región y no para proteger al pueblo de Yemen (...)”, declaró este jueves el viceministro de Defensa de Arabia Saudita, Jaled bin Salmán, en Twitter.
En otro tuit, Jaled afirmó que esos “actos terroristas” habían sido “ordenados por el régimen de Teherán y ejecutados por los hutíes”.
El oleoducto volvió a ser operativo este jueves, informó el gigante petrolero Aramco.
La anunciada represalia de la coalición dejó al menos seis personas muertas y 10 resultaron heridas en uno de los ataques en la capital de Yemen, según Mojtar Mohamed, un médico del Hospital Republicano de Saná.
“Comenzamos a realizar ataques aéreos selectivos contra posiciones de la milicia hutí, incluso en Saná”, declaró el jueves una fuente oficial de la coalición.
La cadena de televisión Al Masira, controlada por los hutíes, atribuyó los bombardeos a los “aviones de la agresión” saudita.
Al Masira informó de víctimas en una zona residencial, sin dar ningún balance. La cadena informó además que se produjeron 19 bombardeos en total, 11 de ellos en la capital Saná.
Un videasta de la AFP filmó columnas de humo en los edificios alcanzados por los ataques.
Los bombardeos comenzaron en torno a las 08:00 (01:00 hora paraguaya) cuando muchos habitantes todavía estaban durmiendo, dijo un testigo a la AFP.
La coalición árabe no dio detalles sobre objetivos de los bombardeos
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El miércoles por la noche, el ministro de Estado de Asuntos Exteriores de Emiratos, Anwar Gargash, advirtió que la coalición “responderá con fuerza” a cualquier ataque de los hutíes, apoyados por Teherán, contra blancos civiles.
Los ataques del jueves contra Saná se inscriben en un contexto de fuerte tensión en el Golfo, donde cuatro navíos -dos sauditas, uno noruego y otro emiratí- fueron blanco de misteriosos “actos de sabotaje”, frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos.
Gargash se abstuvo de señalar a los responsables de esos sabotajes, abogando por la “prudencia” y la “distensión” en el Golfo.
La guerra de Yemen opone desde hace más de cuatro años fuerzas gubernamentales apoyadas por Arabia Saudita y Emiratos a los rebeldes hutíes proiraníes, que controlan vastas zonas en el oeste y norte de Yemen y Saná la capital.
El conflicto causó decenas de miles de personas, entre ellas numerosos civiles, según varias organizaciones humanitarias. Unas 3,3 millones de personas están desplazadas y 24,1 millones, más de dos tercios de la población, necesitan asistencia humanitaria, indicó la ONU.
El miércoles, el enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths advirtió que, a pesar del retiro de los rebeldes de tres puertos, entre ellos del de Hodeida (oeste), Yemen corre el riesgo de caer en una guerra total.
“A pesar de la importancia de los últimos días, Yemen está en una encrucijada entre la guerra y la paz”, dijo Griffiths al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Según Griffiths, el gobierno yemení y rebeldes hutíes deben seguir adelante con la reubicación de fuerzas y regresar a la mesa de negociación para discutir un acuerdo de paz más amplio.
“Hay señales de esperanza” pero también hay “señales alarmantes” de guerra.