La denuncia fue publicada a través cartas suyas difundidas por un medio local.
Fujimori, de 75 años, dijo en las misivas enviadas a Radio Programas del Perú (RPP) que tiene un “exceso de personal” para su resguardo en el penal de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía.
“Cuatro miembros del grupo de operaciones especiales-antimotines” y “dos al lado del teléfono”, explicó Fujimori, que perdió el acceso al teléfono público de la prisión como sanción por haber dado una entrevista no autorizada el año pasado.
De acuerdo al exmandatario, “desde hace dos meses me encuentro cuatro días a la semana bajo aislamiento (sin visitas ni comunicación con el exterior)”.
“Para cerrar el año: Navidad y Año Nuevo, negadas las autorizaciones de visitas de familiares”, medidas que han sido consideradas por Fujimori como “represalias de origen político”.
Además, el expresidente (1990-2000) afirmó que a partir de hoy las autoridades penitenciarias no permitirán las visitas de sus hijas Keiko y Sachi Fujimori.
El exgobernante fue trasladado ayer a una clínica de Lima para ser sometido a una resonancia magnética en la zona maxilar y devuelto a la prisión, según informó el jefe del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), José Pérez Guadalupe.
Fujimori fue sometido en diciembre pasado a una operación de leucoplasia en la lengua, debido a una lesión recurrente en esa zona presente desde 1997.
El exmandatario (1990-2000) sufre desde 1997 de esa lesión oral conocida como leucoplasia, por la que ha sido operado en seis ocasiones.
Debido a la operación se postergaron por algunos días las audiencias que tenía Fujimori por el juicio que enfrenta por el desvío de 122 millones de soles (más de 43 millones de dólares) de las Fuerzas Armadas para comprar la línea editorial de diarios sensacionalistas que desprestigiaban a sus opositores en 2000 y que apoyaban su segunda reelección consecutiva.
Fujimori cumple una sentencia de 25 años de prisión por la autoría mediata de 25 asesinatos y dos secuestros durante su Gobierno (1990-2000), además de tener otras penas menores por corrupción.
En junio pasado, el presidente Ollanta Humala le denegó a Fujimori el indulto humanitario que había solicitado al acoger las recomendaciones de la Comisión de Gracias Presidenciales que lo evaluó y que determinó que no padece de una enfermedad terminal ni de trastornos mentales graves.