Hasta la fecha, la agencia humanitaria de Naciones Unidas ha identificado en Guinea Conakri, Liberia y Sierra Leona, los tres países más afectados por la epidemia, 10.000 niños que han perdido a uno o a ambos padres, y otros 6.000 que han perdido a la persona que cuidaba de ellos antes de la epidemia.
“Por ahora, nos enfocamos en aquellos niños que no tienen ninguno de los padres o la persona que los cuidaba y estamos intentando encontrar algún familiar que pueda hacerse cargo de ellos”, explicó en rueda de prensa Peter Salama, coordinador de la emergencia de ébola en Unicef.
Hasta ahora han logrado que 5.000 de ellos encuentre a una persona perteneciente a la “familia extensa” que pueda encargarse de su cuidado. En los casos en que no exista nadie que pueda hacerse cargo, algo extraño en África Occidental, se han buscado alternativas como familias adoptivas a las que se les ayuda con transferencias de dinero o material, como comida.
Asimismo, Unicef tiene un sistema de centros de acogida temporales donde los niños huérfanos son acogidos mientras se encuentra a sus familiares, e incluso mientras esperan que sus padres se recuperen de la enfermedad. Unicef gestiona unos 10 centros de este tipo distribuidos entre los 3 países.
Por otra parte, Salama informó que temen que haya un recrudecimiento de los casos de sarampión y de malaria, hasta un aumento de un tercio con respecto a antes de la epidemia, a causa de la interrupción de los programas de vacunación y prevención de enfermedades.
Unicef considera que han bajado entre un 30 y un 50 por ciento los índices de inmunización en los tres países más afectados. El sarampión y la malaria eran las principales causas de muerte entre los niños menores de cinco años en la región, antes de la epidemia.
De hecho, Sierra Leona tenía el mayor índice de muertes de niños menores de cinco años del mundo. “Tenemos que actuar de forma muy cuidadosa para evitar que la reapertura de centros sanitarios para tratar otras enfermedades no implique un aumento de los contagios de ébola”.
Salama también advirtió ante el peligro de que no se dé suficiente atención al resto de enfermedades, lo que puede conllevar la muerte de muchos más niños a medio y largo plazo. Se calcula que entre un quinto y un cuarto de las muertos por ébola eran niños. En total, los casos confirmados, sospechosos y probables de infección por ébola ascienden a 22.092, de los cuales han muerto 8.810.