Kasab había sido condenado a muerte por una corte especial antiterrorista en mayo del 2010, en una sentencia que fue ratificada un año después, sin que las apelaciones presentadas desde entonces por su defensa hayan logrado salvarle la vida.
El comando terrorista que cometió los atentados de Bombay estaba formado por diez ciudadanos de nacionalidad paquistaní, de los cuales nueve fueron abatidos por las fuerzas de seguridad indias, mientras que Kasab fue el único que resultó herido y detenido.
Los asaltantes llegaron por vía marítima a la India y atacaron varios puntos emblemáticos de Bombay, como la estación Victoria, un famoso restaurante, un centro judío y dos hoteles de lujo de la ciudad portuaria y capital financiera de este país.
La India acusó al grupo separatista cachemir Lashkar-e-Taiba -que cuenta con respaldo de Pakistán-, de haber organizado los atentados, sin que el Gobierno de Islamabad haya reconocido ninguna implicación oficial en la ejecución de los ataques.
La ola terrorista de hace cuatro años en Bombay disparó la tensión entre la India y Pakistán, que se disputan Cachemira desde la independencia de ambos países, tras la partición en 1947 por la antigua potencia colonial, Gran Bretaña, del subcontinente indio.