Los gobiernos latinoamericanos experimentarán “tensiones” para combinar crecimiento y equidad social, “los dos grandes objetivos de la región” , dijo de la Torre en una rueda de prensa.
Según el especialista, América Latina consiguió los dos objetivos “casi por arte de magia en la última década” , cuando la región disfrutó de una bonanza económica impulsada por los elevados precios de las materias primas.
Pero “en el futuro no va a ser tan fácil” , afirmó.
Tras un alza de 2,6% en 2013, Latinoamérica crecerá este año 1,3%, según el Fondo Monetario Internacional, que volvió a rebajar este martes sus estimaciones para la región. Más pesimista, el Banco Mundial proyectó la tasa en 1,2%.
Según de la Torre, las tensiones para combinar crecimiento y equidad serán de corto y largo plazo.
“Estamos en plena desaceleración” y son pocos los países con capacidad para acometer en el corto plazo políticas contracíclicas que impulsen una recuperación, dijo el especialista, en el marco de las reuniones del otoño boreal del Banco Mundial y el FMI en Washington.
El Banco Mundial recomienda a los países con menor margen de maniobra tener “prudencia” y “hacer política contracíclica con sangre, sudor y lágrimas” , señaló.
Esa política conlleva al “camino difícil de hacer el ajuste fiscal que está postergado sin sacrificar los programas sociales” y manteniendo el empleo.
Pero de la Torre admitió que esa “es una tarea que a ningún político le gusta hacer” , advirtiendo que los gobiernos tienen la “gran tentación” de sobrepasar los límites del gasto fiscal e incrementar su endeudamiento.
En esa situación, consideró que los avances sociales en América Latina, que permitieron que unos 70 millones de personas salieran de la pobreza, están en riesgo de estancarse.
Pero a diferencia de las décadas de los 80 y 90, cuando la región atravesó periodos de desaceleración con crisis económicas que perjudicaron más fuertemente a los más pobres, los avances sociales alcanzados no son proclives a revertirse, apuntó.
“América Latina está enfrentando una desaceleración económica que afortunadamente no es un colapso” , concluyó.