El estudio, realizado por el Centro de Estudios Económicos de la UIA entre unas 300 compañías, anticipa también un contexto donde no sólo no se crearán nuevos puestos de trabajo sino en el que también habrá despidos.
Precisamente, uno de los casos más preocupantes para la actividad industrial es la reciente suspensión de unos 1.000 empleados en la planta de la automotriz Peugeot.
Consultados respecto del nivel de la actividad que registrará Argentina en 2014, los empresarios estimaron que la evolución del PIB del país suramericano estará entre un 0 y un -5 por ciento.
Los resultados también advierten que habrá menores márgenes de rentabilidad, debido a la caída en el consumo, factor que también afecta a la posibilidad de los industriales de trasladar la subida de costos a precios.
El estudio refleja asimismo que sólo el 30 por ciento de las compañías consultadas aprovechó las líneas de crédito que impulsa la administración de Cristina Fernández, cuyas tasas se encuentran subsidiadas, y que en su mayoría fueron utilizadas por pequeñas y medianas empresas.
La falta de ajustes por inflación en los balances, el impuesto al cheque y la demora en la devolución del IVA también se encuentran, según la encuesta, dentro de las preocupaciones de la patronal industrial argentina frente a la situación económica del país.