Guy Edwards, especialista en política de cambio climático en la región de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, Lara Lázaro, investigadora del Real Instituto Elcano de España, y Ana Pintó, miembro Oficina Española de Cambio Climático, hicieron estas previsiones hoy en la jornada “Gobernanza climática tras la COP21 y sus implicaciones para América Latina”.
Los ponentes coincidieron en que los países de Latinoamérica tuvieron un papel “muy constructivo” en las negociaciones del acuerdo de París, especialmente México, Brasil y los países de la Asociación Independiente de América Latina y Caribe (AILAC) compuesta por Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú. Todos esos países formaron parte, junto a otras potencias como la Unión Europea, Estados Unidos o Japón, de la Coalición de la Alta Ambición, creada en los días finales de la cumbre del clima París para presionar por un pacto lo más ambicioso posible.
Asimismo, los expertos destacaron la actitud más cooperante de lo venía siendo habitual en las negociaciones internacionales de cambio climático de los países ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), salvo Nicaragua, que a última hora intento sin éxito bloquear el acuerdo. Edwards subrayó cómo el hecho de que el resto de países ALBA dejaran solo a Nicaragua en ese intento de bloqueo hizo que fracasara.
El experto cree que las organizaciones de la sociedad civil en algunos de estos países pero, especialmente en Bolivia, Ecuador y Venezuela, ha provocado que el discurso de sus representantes gubernamentales en las negociaciones climáticas, con posturas generalmente muy duras, “se haya suavizado”.
“Esa sociedad civil ha denunciado en estos países la contradicción de unos gobernantes que exigen justicia climática a nivel internacional y por otra parte autorizan la extracción de combustibles fósiles en terrenos protegidos”, agregó. Los ponentes apuntaron que el acuerdo de París va a suponer importantes flujos de financiación para proyectos bajos en carbono en Latinoamérica, así como en iniciativas de adaptación y mitigación del cambio climático, muy importante también en este último caso ya que las emisiones en la región, el 10% del total global, están creciendo en el sector del transporte y la energía.
El pacto alcanzado en París es una “señal” tanto para los responsables políticos como para los inversores de que la transición de las energías fósiles a las renovables supondrá una oportunidad de inversión y crecimiento en los países de la región, indicó Álvarez.
Entre los que más fuertemente están apostando por las renovables, Edward señaló a México, Brasil, Uruguay y Chile, en este último caso con un objetivo de generación renovable del 70% en 2050. No obstante, los expertos avisaron de que hace falta más implicación por parte de las grande empresas latinoamericanas en la lucha contra el cambio climático.
Pintó por su parte, destacó la cooperación y el apoyo que España presta a Latinoamérica en materia de Cambio Climático, entre otros, a través de la Red Iberoamericana de Oficinas de Cambio Climático (RIOCC).