En declaraciones a EFE, el militar retirado Derlis Peralta reconoció su emoción porque el máximo jerarca de la Iglesia Católica haya denominado de sus compatriotas "como la más gloriosa de América".
"Lo guardamos en el corazón con un amor inolvidable", agregó Peralta, uno de los feligreses que se acercó a la Catedral Metropolitana de Asunción, donde tuvo lugar una eucaristía por el fallecimiento del santo padre, ocurrido este Lunes de Pascua en su residencia de Casa Santa Marta, hecho que este creyente dijo haber recibido "con mucha pena".
Peralta destacó a las mujeres de su país como defensoras de la cultura y del idioma guaraní en medio de la Guerra de Triple Alianza (1864-1870), que Paraguay libró contra Argentina, Brasil y Uruguay, y donde -según este católico- el país suramericano "fue exterminado".
También Ariel Areco, integrante de la Tercera Orden de los Heraldos del Evangelio, evocó la frase que Francisco pronunció durante su visita a Paraguay, en julio de 2015, y rescató como el legado del papa su "cercanía" con el pueblo paraguayo y con América Latina.
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"Por sobre todas las cosas la cercanía que tiene con nosotros, los paraguayos", evocó Areco, quien también resaltó que, antes de ser sumo pontífice, Jorge Mario Bergoglio "desde siempre" hizo esa mención a la mujer paraguaya.
De igual forma, destacó del papa su "apertura" dentro de la Iglesia, quien, consideró, rompió "ciertas barreras que existían anteriormente por doctrina o por dogma".
Otras de las feligreses que se acercó a la eucaristía fue Cecilia Cardozo, que es parte del Apostolado de la Divina Misericordia, y quien aseguró que recordarán "con mucho cariño" los elogios del jerarca católico.
"Siempre caracterizó el papa Francisco a la mujer paraguaya y eso es una cosa que no vamos a olvidar nunca de él", manifestó esta feligrés a EFE, para quien esa frase quedará "en la historia" de su país.
La Iglesia Católica de Paraguay, encabezada por el cardenal, Adalberto Martínez, quien este martes viajará a Roma, hizo repicar las campañas de la Catedral Metropolitana en señal de duelo por su santidad, abrió un libro para recibir las condolencias y destinó un espacio para acopiar cartas que serán entregadas a la Nunciatura Apostólica.