El régimen castrense informó de la medida en un breve comunicado, en el que no aportó más detalles de los reos que se beneficiarán de la medida de gracia, si bien horas más tarde comenzaron a concretarse las excarcelaciones.
Decenas de familiares se concentraron a las afueras de la cárcel de Insen, en Yangón, para recibir a los liberados, que salieron del recinto a bordo de autobuses.
Las personas que esperaban afuera, portando pancartas y gritando los nombres de sus seres queridos, armaban una algarabía cada vez que pasaban los autobuses, de los que algunos descendieron llorando para reencontrarse con sus familiares.
De momento se desconoce si la amnistía será concedida para alguno de los 22.197 presos políticos que se encuentran en prisión, incluida la premio Nobel de la Paz y líder de facto del gobierno democrático derrocado, Aung San Suu Kyi, conforme a los últimos datos de la Asociación de Presos Políticos de Birmania (AAPP).
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La amnistía de prisioneros, una iniciativa común en Birmania en fechas señaladas, coincidió este jueves con la visita del líder de la junta militar a la capital tailandesa, donde sostuvo una reunión privada con el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim.
El dirigente de Malasia, país que acoge este año la presidencia rotatoria de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), avanzó el lunes que pedirá al general birmano que amplíe el alto el fuego temporal que declaró el 2 de abril para facilitar el reparto de ayuda humanitaria a raíz del terremoto que sacudió a finales de marzo su país, con más de 3.600 muertos.
El alto el fuego, que fue precedido por propuestas similares de guerrillas opositoras, concluye el próximo martes.
A pesar del cese de hostilidades declarado por el Ejército birmano, Naciones Unidas contabiliza más de 120 ataques perpetrados por los militares tras el seísmo, la mayoría ocurridos tras el alto el fuego.
El golpe militar del 1 de febrero de 2021 sumió a Birmania en una profunda crisis política, social y económica y ha abierto una espiral de violencia con nuevas milicias civiles que han exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas.