Se espera que el volumen del mercado ascienda a alrededor de los 60.000 millones de rublos (más de 711 millones de dólares) a finales de 2025, precisa.
Entre un 60 % u 80 % de las empresas industriales se están equipando con esos sistemas, aunque concentrándose en la zona europea del país, mayor víctima de los ataques ucranianos con drones.
Este nuevo sector privado, que tiene en cuenta que su existencia depende de la duración de la guerra con Ucrania, ha observado un crecimiento desde el inicio de la guerra en 2022, ya que el alto riesgo de ataques se ha mantenido estable en los últimos tres años.
Distintas empresas declaran que la experiencia adquirida les permite posicionarse como líderes a nivel mundial y esperan que, aunque se reduzca la demanda nacional, también surja en otros países.
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Sin embargo, dado a que es un mercado nuevo, también hay inconvenientes.
Los consumidores a veces se quejan de su efectividad, que señalan que se debe a la deficiente instalación, como la poco óptima ubicación de las defensas; y la falta de servicio técnico y al consumidor, que también se puede deber al brusco aumento de la demanda que la oferta no ha podido cubrir.
Además, apuntan también a la rápida evolución tecnológica del sector que debe renovarse constantemente a nivel de hardware, pero sobre todo de software.
Esta cuestión también afecta a los aeropuertos, como Sheremétievo, uno de los aeropuertos internacionales de Moscú que a finales de 2023 se equipó con un complejo de radar óptico.
Algunas empresas temen que el uso de los sistemas de protección se vuelva algo obligatorio en el caso de los aeropuertos, ya que puede suponer una responsabilidad excesiva para estos proveedores de seguridad privada en caso de incidentes y explican que lo mejor sería repartir esta responsabilidad entre los órganos estatales.
También puede afectar a otros nudos de transporte, como estaciones de tren y puertos.
Además, otra cuestión importante es la falta de desarrollo de un marco legislativo en cuanto a este tipo de sistemas de seguridad.
El ministerio de Defensa ruso informó del derribo de 25 drones durante la pasada noche tan sólo en la región de Kursk.
Los ataques ucranianos sobre territorio ruso se ha convertido en algo rutinario, con el objetivo principal de instalaciones energéticas, centros industriales y logísticos que sirven a la máquina de guerra de Ucrania.