"Lo que pasó el 6 de abril en el aeropuerto Charles de Gaulle no tiene ninguna explicación. El servicio fronterizo francés, sin ningún motivo, detuvo a la empleada del ministerio de Exteriores, miembro de la delegación oficial rusa, requisando su teléfono y ordenador", aseguró María Zajárova, portavoz de Exteriores, en rueda de prensa.
La portavoz explicó a los medios que "la Embajada de Rusia seguidamente mandó al aeropuerto un empleado consular, pero el diplomático tuvo que esperar casi siete horas hasta que pudo acceder a su colega de la delegación de Exteriores".
Zajárova aseguró que la embajada rusa en París también envió una nota de protesta al ministerio de Exteriores francés.
"Como resultado de las protestas emitidas sobre nuestra compañera, se le permitió la entrada al país. Sin embargo tuvo que pasar varios días en la zona fronteriza el aeropuerto", expresó la portavoz.
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Para el Kremlin este hecho es "inaceptable", porque "contradice todos los deberes de la República de Francia en el marco de la Convención de Viena", comentó por su parte el portavoz presidencial, Dmitri Peskov.
"Por supuesto que este tipo de acciones por parte de Francia las condenamos y las consideramos inaceptables en relación con nuestros representantes diplomáticos", añadió en su rueda de prensa telefónica diaria.
La portavoz del Gobierno francés, Sophie Primas, declaró no estar informada de la situación, pero recordó que las actuales relaciones con Moscú no son buenas.
"Tampoco estoy enterada que ahora tengamos unas relaciones maravillosas con Rusia", afirmó.
