Frente a ese ascenso, en el mundo la mortalidad materna bajó un 40 % entre 2000 y 2023: en todo el mundo se registraron en el último de esos años 260.000 muertes de mujeres en el embarazo o en el parto, frente a las 444.000 de principios de siglo.
En Norteamérica el riesgo de que una mujer fallezca a lo largo de su vida por complicaciones en algún embarazo o parto es de una por cada 4.322 (frente a la media mundial de una por cada 272).
El informe se publica en el Día Mundial de la Salud y advierte sobre la posibilidad de que los avances se frenen o incluso se reviertan debido a los actuales recortes de financiación sanitaria en el mundo, incluyendo la congelación de ayuda a la cooperación dictada por Estados Unidos, que abandonó la OMS con la llegada al poder de Donald Trump.
