"Este hallazgo se hizo esta mañana. Son cuerpos de militares y también de civiles, que fueron asesinados por los rebeldes del M23 (Movimiento 23 de Marzo)", dijo a EFE el presidente de la sociedad civil de Walikale, Fiston Misona.
"Hemos encontrado 12 cuerpos, pero el balance aún es provisional", apuntó.
Misona detalló asimismo que es "difícil" identificar si los cuerpos en descomposición pertenecen a los soldados del Ejército de la RDC o a los rebeldes del M23, ya que estos últimos vestían los uniformes de las Fuerzas Armadas congoleñas (FARDC).
Las FARDC recuperaron el control de Walikale y su capital homónima la semana pasada, después de que el grupo rebelde ocupara el territorio desde el pasado 19 de marzo.
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Según Misona, la liberación de la zona permitirá "normalizar" la situación en la ciudad y facilitará los entierros de las víctimas con el apoyo de la Cruz Roja congoleña, "que colabora activamente en la búsqueda de más cuerpos."
"Queremos agradecer el trabajo de la Cruz Roja en el terreno. Gracias a ella, se han descubierto y enterrado varios otros cuerpos", añadió.
El pasado sábado, tras la retirada del M23, se descubrieron otros catorce cadáveres en el territorio.
Tras el hallazgo, el director del Hospital General de Walikale, François Bushu, aseguró a EFE que la violencia ejercida por los rebeldes contra la población civil “fue extrema” y que muchos resultaron heridos “al resistirse al reclutamiento forzado”.
“Hemos recibido muchos heridos, sobre todo civiles, pero también militares. También nos llegaron cuerpos de civiles y muchos de estos cadáveres fueron enterrados el mismo día por falta de espacio en la morgue, donde resulta difícil conservarlos”, dijo Bushu.
Las actividades económicas comienzan a reanudarse tímidamente en Walikale, y numerosos habitantes que habían huido de los combates están regresando, aunque la mayoría de las infraestructuras resultaron destruidas durante los enfrentamientos entre el M23 y las FARDC.
El conflicto del este de la RDC escaló a finales del pasado enero, cuando el grupo rebelde tomó Goma, capital de Kivu del Norte, y Bukavu, capital de Kivu del Sur, ambas fronterizas con Ruanda y ricas en minerales como el oro o el coltán, fundamentales para la industria tecnológica y en la fabricación de teléfonos móviles.
Desde la intensificación de la ofensiva del M23, apoyado por Ruanda -según las Naciones Unidas y países como EE.UU., Alemania y Francia-, cerca de 1,2 millones de personas se han visto desplazadas en estas dos provincias, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU.
Además, los enfrentamientos que estallaron en Goma y alrededores dejaron más de 8.500 muertos en enero, detalló a finales de febrero el ministro congoleño de Salud Pública, Samuel Roger Kamba.
La actividad armada del M23, un grupo formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994, se reanudó en Kivu del Norte en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño.
Desde entonces, ha avanzado por varios frentes, lo que ha elevado los temores a una posible guerra regional.
El este de la RDC está sumido, desde 1998, en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).
