Pekín advirtió que estas medidas unilaterales agravan las tensiones comerciales y socavan el sistema multilateral de comercio.
“La imposición de aranceles por parte de EE. UU. sobre exportaciones chinas es un acto típico de unilateralismo y proteccionismo, que viola gravemente las reglas de la OMC”, declaró He Yadong, portavoz del Ministerio de Comercio, en una rueda de prensa en la capital china.
El funcionario confirmó que China presentó una demanda formal ante la OMC y que continuará con los procedimientos conforme al marco legal del organismo.
Las críticas se intensificaron después del anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de aplicar un arancel del 25 % a todos los vehículos extranjeros, incluidos los procedentes de China.
La medida ha sido interpretada en Pekín como un nuevo paso en la escalada de la guerra comercial entre ambas potencias.
“Las guerras comerciales y arancelarias no tienen ganadores. Ningún país ha logrado desarrollo y prosperidad mediante la imposición de aranceles”, afirmó hoy en rueda de prensa Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Exteriores.
Según Guo, las acciones de Washington “no ayudarán a resolver sus propios problemas” y amenazan los intereses comunes del comercio global.
Pese al anuncio de los nuevos aranceles, las bolsas chinas se mantuvieron en positivo este jueves, con repuntes en Shanghái, Shenzhen y Hong Kong, donde los inversores “ignoraron” las medidas, según medios locales.
Analistas atribuyen la escasa reacción del mercado al hecho de que China apenas exporta automóviles a EE. UU., con una cuota de mercado inferior al 0,4 %, lo que minimiza el impacto real de los aranceles anunciados por Trump.
Aparte de estas nuevas medidas en contra de los vehículos extranjeros, Washington anunció a principios de marzo la duplicación al 20 % de los aranceles sobre productos chinos, a lo que el gigante asiático respondió con gravámenes del 10 % y el 15 % dirigidos a sectores específicos, en este caso a las importaciones agropecuarias estadounidenses.
Trump justificó esos aranceles como respuesta al supuesto fracaso de Pekín en frenar el flujo de los precursores químicos del fentanilo, un opioide responsable de miles de muertes en Estados Unidos, algo que el gigante asiático ha tildado de "pretexto" para aplicar gravámenes.
En su primera presidencia (2017-2021), Trump ya mantuvo una relación tensa con Pekín al imponer varias rondas de aranceles a productos por valor de unos 370.000 millones de dólares anuales, a lo que China respondió con tasas a las importaciones de bienes estadounidenses.