Políticos frente a religiosos: las posibles estrategias de EE.UU. con los talibanes

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Kabul/Nueva Delhi, 24 mar (EFE).- Estados Unidos ha retirado las recompensas que ofrecía por tres figuras prominentes de los talibanes, incluyendo a Sirajuddin Haqqani, actual ministro del Interior de Afganistán y líder de la temida Red Haqqani, considerada el brazo más letal del movimiento talibán.

Sirajuddin Haqqani era buscado por su implicación en la planificación de ataques mortales, entre ellos el atentado de 2008 contra un hotel en Kabul donde fallecieron seis personas, incluyendo un ciudadano estadounidense. La eliminación de las recompensas también afecta a su hermano Abdul Aziz Haqqani y a su primo Yahya Haqqani.

En un discurso pronunciado el año pasado, Sirajuddin Haqqani admitió públicamente que la red había llevado a cabo más de 1.000 atentados suicidas en Afganistán, operaciones que resultaron en la muerte de miles de civiles y militares.

Analistas interpretan esta decisión como parte de una posible nueva estrategia de Washington, que priorizaría la interacción con el liderazgo político talibán en Kabul, mientras que se percibe un distanciamiento con el liderazgo supremo radicado en Kandahar.

"La eliminación de los Haqqani de la lista de recompensas del Departamento de Justicia de EE. UU. representa un avance significativo. Este paso podría facilitar una mayor colaboración diplomática entre los Haqqani y el Gobierno estadounidense", afirma el analista Tamim Bahis.

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¿Cuál es la posible estrategia de Estados Unidos? La clave para entender esta dinámica reside en reconocer la estructura y las diferentes tendencias dentro del liderazgo talibán:

Kabul vs. Kandahar: El rostro político y la autoridad religiosa

Kabul: El centro político. La capital afgana alberga el núcleo del gobierno de facto talibán, responsable de la administración diaria del país y de las relaciones con la comunidad internacional. Ministros y portavoces tienen su sede aquí y han mantenido los limitados contactos con Occidente. Observadores han interpretado su enfoque como más pragmático en cuestiones de gobernanza y política exterior.

Kandahar: La autoridad ideológica y suprema. Kandahar, la cuna del movimiento talibán, alberga tradicionalmente el liderazgo supremo y religioso. Esta figura, considerada la máxima autoridad, se centra principalmente en la preservación de la doctrina ideológica del movimiento e, históricamente, ha mostrado menos interés en el diálogo directo con potencias occidentales.

¿Por qué el enfoque en Kabul?

La Administración estadounidense podría estar priorizando la interacción con los líderes en Kabul por varias razones:

Mayor apertura al diálogo: El liderazgo en Kabul ha manifestado una mayor inclinación a adoptar posturas pragmáticas en ciertos temas, en contraste con el enfoque más ideológico que se suele atribuir al liderazgo en Kandahar.

Control de temas clave para EE. UU.: Los objetivos prioritarios de Estados Unidos, como la liberación de rehenes, la recuperación de armamento y la lucha contra el Estado Islámico (EI), son asuntos que competen principalmente al gobierno con base en Kabul, responsable de la seguridad interna y las relaciones exteriores.

La postura Kandahar

Analistas y expertos perciben al liderazgo supremo en Kandahar como más intransigente y menos dispuesto a ceder en principios ideológicos durante negociaciones con Occidente.

Tradicionalmente, Kandahar ha evitado el contacto directo con potencias occidentales, prefiriendo centrarse en asuntos internos y doctrinales.

Además existe la incertidumbre sobre si las decisiones tomadas en Kabul cuentan con el respaldo total y la autoridad del liderazgo supremo en Kandahar.

La decisión de retirar las recompensas sobre líderes de la Red Haqqani se produjo poco después de que los talibanes liberaran el jueves anterior a un ciudadano estadounidense, George Glezmann, quien había permanecido en cautiverio durante dos años.

Esta liberación, la tercera de un estadounidense por parte de los talibanes desde enero, fue calificada por el Secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, como un "paso positivo y constructivo", agradeciendo a Catar por su papel mediador.

Los talibanes han descrito previamente estas liberaciones como parte de sus esfuerzos por lograr una "normalización" global de su gobierno, que aún no ha sido reconocido oficialmente por la comunidad internacional.

"Algunos sugirieron que los talibanes liberaron a un ciudadano estadounidense por presión del presidente Trump. Sin embargo, los talibanes obtuvieron una recompensa importante: Estados Unidos, según se informa, retiró las recompensas por Sirajuddin Haqqani, su hermano y su cuñado", subrayó el investigador Abdul Sayed.

Según el analista, con esta eliminación ningún líder talibán vivo tiene una recompensa estadounidense.

"Probar la fuerza contra los afganos es como morderse los dedos. Estados Unidos está ahora a punto de replantearse Afganistán; aún necesita más sabiduría y un compromiso positivo y directo. Por cada paso que da para hacer daño, los afganos darán diez pasos para alejarse", dijo hoy Sirajuddin.

Hasta el momento ningún líder talibán de la fracción de Kandahar se ha pronunciado al respecto.