En una declaración ante la Cámara de los Comunes (baja) del Parlamento, la titular de Transporte repasó los acontecimientos acaecidos tras desatarse un incendio en una subestación de Hayes, una de las tres que abastecen de energía al aeródromo del oeste de Londres, el de mayor tráfico aéreo del país.
"Lo que sabemos es que hubo un corte energético sin precedentes y que no fue el resultado de un solo punto de fallo en el sistema de transmisión o distribución de electricidad", indicó.
Alexander explicó que el abastecimiento de la subestación de North Hyde, en Hayes, es uno de los tres puntos de suministro de energía a Heathrow y que el fuego desatado causó "un daño excepcional que dejó sin servicio a toda la subestación". Los otros puntos de suministro continuaron abasteciendo al aeropuerto durante todo el incidente.
Según afirmó la ministra, el aeródromo sostiene que "este suministro fue insuficiente para asegurar las continuas operaciones seguras de todos los sistemas de todo el aeropuerto y procedió a reconfigurar su red interna de electricidad para permitir la reanudación de las operaciones completas utilizando los otros dos puntos externos de suministro".
Esto, agregó Alexander, "requirió que cientos de sistemas fueran apagados de manera segura y después encendidos con amplias pruebas".
Según la ministra, "los sistemas de reserva aseguraron que los sistemas de seguridad y protocolos se mantuvieran en todo momento, pero no estaban diseñados para respaldar las operaciones completas del aeropuerto de Londres".
Alexander indicó además que, según la legislación británica, las aerolíneas deben proporcionar a los pasajeros afectados por el cierre un reembolso en un plazo de siete días u ofrecerles una ruta alternativa para llegar a sus destinos bajo las mismas condiciones.
Con relación al último punto, aseguró que el Gobierno "supervisará estrechamente" la situación con el objetivo de asegurar que los viajeros afectados reciben el apoyo apropiado, incluyendo que se cumplan sus derechos como consumidores.