Las religiosas de la orden de Hermanas Pobres de Santa Clara rompieron con el Vaticano después de que la Iglesia les impidiera vender un monasterio para comprar otro.
Este desencuentro hizo que decidieran situarse bajo la tutela de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, un católico excomulgado en julio de 2019 y fundador de la secta Pía Unión de San Pablo Apóstol.
La decisión originó el cisma y el enfrentamiento ha dado lugar a varias denuncias cruzadas ante los tribunales, entre ellas la imputación de la exabadesa Laura García de Viedma por vender 1,73 kilos de oro valorados en 130.000 euros.
La investigación abierta por la policía española ha supuesto el bloqueo la operación de venta de oro hasta que se resuelva si la exabadesa tiene la capacidad administradora para vender el oro del monasterio.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
El abogado de la exabadesa, Florentino Aláez, señaló a EFE que pedirá el sobreseimiento provisional hasta que se resuelva el proceso civil que dirime la autoridad sobre la administración del monasterio, tras la excomunión de las monjas y el nombramiento del arzobispo de Burgos (norte de España) como comisario pontificio del convento.
Declaración del arzobispo, el 6 de mayo
Por otra parte, el arzobispo tendrá que declarar el 6 de mayo en el mismo juzgado por la denuncia presentada por la exabadesa y otra religiosa que le acusan de los coacciones, administración desleal y revelación de secretos.
Mientras se resuelven estos procesos judiciales -entre ellos uno de desahucio que obligaría a las exmonjas a abandonar el monasterio-, las religiosas continúan con los proyectos que han iniciado fuera del monasterio para hacer frente a sus necesidades económicas.
Tras abrir un restaurante, han anunciado la creación de una sociedad protectora de animales bajo la que desarrollarán varios proyectos sociales.
Sor Sión indicó, en un vídeo remitido por el jefe de prensa de las exmonjas, que "no es un simple criadero", sino que buscan ir más allá de la cría y venta de perros, con acogida de animales abandonados, rehabilitación y búsqueda de nuevos hogares.
También quieren impulsar programas de adiestramiento de perros para terapias con mujeres maltratadas, niños, mayores o personas vulnerables, que ya intentaron implementar anteriormente, pero no fue posible ante la negativa a la concesión del núcleo zoológico y las licencias que requerían.